Sumario
1- Pensamientos para crecer...
2.- Daf Yomi en Español
3- Pesaj: Momento de reencuentro familiar
4.- Las Cuatro Respuestas
5.- El Rincón de la Halajá (Ley Judía)
6.- Resumen de la Parashá
7- Horario de prender la velas
PESAJ
Del 3 al 10 de abril
Rosh Jodesh Nisan
Rosh Jodesh Nisan
20 de marzo
Pensamientos para crecer...
Puntos buenos...
Cuando la persona considera su vida y siente que las aguas profundas la están cubriendo por todas partes y que casi...casi... ¡Di-s no lo permita!, éste es el momento exacto en el cual la persona debe recordar las palabras de la lección ¡Azamra! (Likutey Moharán I, 282). Debe decir: "Sin embargo, ¡todavía hay muchos puntos buenos en mí, gracias a las mitzvot y a las buenas acciones que pude hacer!".Éste es también el momento preciso para transformar todo el dolor y el llanto en dicha y alegría (Likutey Moharán II, 23). "Por el contrario, cuanto más lejos pienso que estoy, aunque esto sea verdad, más alegre debo sentirme con lo que tengo, pues sin embargo, todavía soy digno de colocarme todos los días los Tefilin, de recibir el Shabat y los Días Sagrados, de acercarme y obtener sustento de una luz tan sagrada y única como la del Rebe y de alabar, agradecer y exaltar a Di-s muchas veces cada día, pues Él me ha ayudado a mantenerme firme.
Carta #300
Selección extraída del libro "Hojas que curan el Alma" Breslov Research Institute.
Selección extraída del libro "Hojas que curan el Alma" Breslov Research Institute.
Pesaj: Momento de reencuentro familiar
Llega la fiesta de Pésaj y con ella, el tradicional "Séder", la mesa donde (se supone) la familia está reunida para el gran relato -La salida de Egipto "La libertad"-.
¿Ma nishtaná halaila hazé mikol alelot? Preguntas y preguntas. Es más, todo el relato esta basado en la respuesta a las famosas cuatro preguntas.
Si hay niños preguntan ellos, si no la esposa, y si está sólo se pregunta a sí mismo.
Dice el dicho: "Una buena pregunta ya forma media respuesta", ya que de acuerdo a cómo se formula, se podrá entender qué es lo que realmente quiere saber.
"El sabio". "El malvado". "El simple". "El que no sabe preguntar".
Cuatro tipos de hijos, cuatro formas distintas del padre al responder. A todos los reúne la mesa familiar "El Séder". Un momento de vivencia judía, de acción, no de teoría ya que los discursos nunca reemplazarán al modelo de vida que en un hogar, el padre le puede transmitir al hijo.
Cuatro formas distintas de cómo encarar una respuesta, una explicación, pero algo muy importante en común: comparten la mesa festiva en familia, escuchan, participan. ¿Podríamos hablar hoy de un quinto hijo? El que ni siquiera está en el Séder, o porque sólo se limita a cenar sin tal vez importar el motivo de la misma, o el que ni siquiera comparte la mesa.
¿Qué pasa con nuestros valores, con nuestra historia, con nuestras costumbres? Tan preciadas, tan hermosas y tal vez tan desconocidas. Pero sepamos, es lo nuestro, nuestro origen, nuestra identidad.
Las generaciones pasan, los judíos perduran. ¿Cuál es el secreto? La respuesta es sencilla: "Torá". Guía y herencia para un pueblo que habría de viajar no apenas en espacio a la tierra prometida, sino a través del tiempo, a través de las turbulencias de la historia.
Las Cuatro Respuestas
Extraido de Revista Judaica
Se acerca nuevamente Pésaj y, habiendo madurado un año más en la vida de cada uno de nosotros, nos predisponemos en la práctica y en el espíritu para disfrutar la fiesta con familiares y amigos de acuerdo a las posibilidades de cada uno y, a su vez, enriquecernos interioramente con las enseñanzas que nos ofrece Pésaj.
Desde nuestra juventud recordamos como hito imborrable en nuestra memoria cómo el más pequeño de la familia, a veces por propia voluntad y en otras después de "hacerse rogar", se pone de pie y recita "Má Nishtaná", una versión modificada de un texto que figura en la Mishná Pesajim, y que contiene las cuatro "preguntas" clásicas que formula el hijo desconcertado a su padre al notar a diferencia del año, el cambio de ritmo y orden en los sucesos de la noche del Séder. (Las cuatro preguntas se refieren a la obligación de comer solamente Matzá, a la hierbas amargas -Maror-, al hecho de comer reclinados y sumergir la comida dos veces -al comer Carpás y luego el Maror-).
Una vez que el niño terminó de recitar su parte y las abuelas y los padres se secan las lágrimas de emoción ante la preciosidad de su elocuencia, los mayores comienzan a relatar los eventos de la esclavitud y la salida de Egipto de acuerdo a cómo está escrito en la Hagadá.
¿Y la respuesta? ¿Existe una respuesta a las preguntas que acaba de formular el niño? A simple vista, la Hagadá no hace alusión específicamente a las cuatro preguntas. Sin embargo, a continuación, el texto expone lo siguiente:
1. "Esclavos hemos sido del Faraón en Egipto, y D"s, nuestro D"s nos ha extraído de allí con Mano Fuerte y Brazo Extendido;
2. y si no fuera que D"s, nuestro D"s nos extrajo de allí, aún estaríamos subyugados al Faraón en Egipto;
3. y aun si fuéramos todos sabios, todos entendidos, todos conocedores de la Torá entera, es una Mitzvá que relatemos acerca de la salida de Egipto;
4. y todo aquel que relata profusamente sobre la salida de Egipto, es una persona merecedora de encomio y loa".
¿Qué nos está diciendo la Hagadá? ¿Tiene relación con lo anterior?
La Hagadá nos enseña cuatro pasos importantes en el modo de nuestro servicio al Creador:
1. Agradecimiento. ("Esclavos hemos sido… y D"s nos ha extraído…"). Existen muchos caminos que conducen a la persona a aprestarse a obedecer los preceptos de la Torá. Hay personas que cumplen con las leyes porque los "hacen sentir bien". Otros, acatan los preceptos porque esperan recibir una recompensa en el Mundo Venidero. Si bien todos ellos han obedecido y han cumplido con su deber, no deja de ser una manera egocéntrica de cumplir con las obligaciones. La fórmula ideal para aproximarse a la Torá es la gratitud.
Este sentimiento, sobre el cual la Torá se reitera en numerosos pasajes, respecto a la demostración de reconocimiento que le debemos a quienes nos ayudaron en los distintos momentos de la vida, en este caso se expresa el siguiente sentimiento: "HaShem, Tú hiciste y haces tanto por nosotros, todo lo que nosotros observemos será poco para exteriorizar nuestro agradecimiento". Si uno analiza el "ordenamiento" de la Hagadá, se encontrará con que el relato conduce a las palabras: "por lo tanto debemos agradecer, alabar, loar, enaltecer, etc.". Luego de esta declaración comenzamos a recitar los primeros párrafos del Halel, los tradicionales Salmos de alabanza para toda ocasión festiva. Ciertamente, esta noche tiene un Séder (orden): relato, sentimiento de agradecimiento, alabanza y acción.
2. Actualidad. La Hagadá no es una narración de acontecimientos históricos desvinculados de nuestra realidad. No se detiene a detallar pormenores banales que nada aportan a nuestra vida actual. Justo por lo contrario, cada fragmento puntualizado en la Hagadá está allí porque permite trazar paralelos con nuestra realidad, con nuestros desafíos en medio de un entorno hostil y con nuestros objetivos como judíos desde el ángulo individual y desde el espectro nacional.
Mediante la Hagadá, en la cual hacemos referencia a la manera sobrenatural en que D"s nos redimió de Egipto, podemos, asimismo, reafirmar que todo lo que nos sucede -ayer y hoy- responde únicamente a la Voluntad del Todopoderoso. Este concepto modifica totalmente la visión de los acontecimientos cotidianos.
Nuevamente, al leer la Hagadá, podemos reconocer que todo lo que hoy poseemos como bienes morales universalmente aceptados -p.ej. las libertades individuales- las debemos a aquel momento en que HaShem nos extrajo de Egipto e hizo saber a la humanidad que el trato cruel recibido por los judíos en aquel país es incorrecto y debe ser sancionado. Esto es una advertencia a los propios judíos a quienes la Torá instruye en primer lugar, y -también- al resto de la humanidad. Demoró muchos años que los seres humanos se sometan y acepten esta lección.
3. Acción. ("Y aun si fuéramos todos sabios... es una Mitzvá que relatemos..."). El judaísmo no es una teoría ni se detiene en "buenos sentimientos". Efectivamente es importante tener buenos sentimientos y percibirse como un muy buen judío, pero no se acaba allí la cosa. (Aquel que dice que ama a su esposa pero jamás le habla, no puede realmente creer lo que afirma…).
D"s nos exige acción. Pésaj, Matzá, Maror. Medidas estrictas en el consumo de cada una de ellas (hoy no podemos traer el Korbán Pésaj que posee muchas leyes respecto a su preparación y consumo). Es verdad: también nos pide que intentemos entender lo que hacemos hasta donde llegara nuestro intelecto. Rabán Gamliel dice: "Todo el que no dijo estas tres cosas en Pésaj, no cumplió con su obligación…" Sin embargo, el ejercicio de intentar cumplir todos los preceptos es ineludible si se quiere ser un buen judío. La acción es la que afirma el vínculo con el Todopoderoso y cada acción adicional refuerza esta relación.
4. Entusiasmo. ("Y todo aquel que relata profusamente sobre la salida de Egipto, es una persona loable"). ¿Qué nos quiere decir la Hagadá? ¿Acaso esta declaración no sería verdadera en cada uno de los preceptos que cumplimos?
Los comentaristas explican: La Hagadá trae como demostración a los Sabios que estaban sentados toda aquella noche narrando la salida de Egipto. Entre ellos estaba R. Eleazar ben Azaria, quien opina que la Mitzvá de Pésaj tiene vigencia sólo hasta la medianoche. A pesar de eso, compartió la discusión de los Sabios hasta el amanecer.
¿Por qué? ¿No podía ir a dormir en concordancia con su propia opinión?
La respuesta es que si una persona se dedica a hacer únicamente "lo mínimo indispensable", eso indica que no está muy alegre con la tarea que está realizando. Al reiterar esta historia año tras año, convocamos a nuestros hijos -y a nosotros mismos- a no escarbar cada concesión viable para cumplir lo menos factible. Esta es la razón, dice el Saba de Kelm (R. Simja Zisel Ziv sz"l) por la que se debe acompañar a un huésped hasta la puerta y unos cuántos pasos más. No debemos hacer como si nos alegráramos que se va y despedirnos de él lo antes posible. El observar las leyes "lifnim miShurat haDin" (más allá de lo que requiere el criterio mínimo de la ley), demuestra nuestro amor y la importancia que le damos a las cosas.
Al final del relato de la historia y antes de sentarnos a comer la Matzá, decimos una bendición en la cual se vuelven a mencionar estos cuatro puntos que acabamos de esclarecer:
"Baruj atá... 1. Te agradecemos que redimiste a nosotros y a nuestros padres de Egipto (agradecimiento)…, 2. y nos has permitido llegar a esta noche (actualidad) 3. a comer matzá y maror… (acción); así HaShem, permítenos llegar a las próximas fiestas en paz..." (para cumplir más mitzvot). (Adaptado de "A gift for Yom Tov" de Rabbi Yisroel Miller Artscroll/Mesorah).
Tenemos tanto para agradecer: Todos. Cada uno de nosotros puede hacer memoria y observar su historia personal, la de sus padres y la de sus allegados directos y encontrar tantas circunstancias en las cuales hemos sido favorecidos con la Ayuda Divina. Tantas personas sabemos de los testimonios familiares que nos transmitieron nuestros padres y abuelos que salvaron sus vidas de manera "milagrosa" en momentos de las persecuciones en Rusia, Polonia, Alemania, Siria, etc., abuelos que llegaron al país con sus manos vacías, y "de la nada" se levantaron y formaron las familias a las cuales pertenecemos.
Sin embargo, tan acostumbrados estamos a que todo debe ser como nosotros lo deseamos y planificamos, que nos cuesta aceptar que las cosas no marchen como pretendemos. Nos es difícil reconocer las bondades con las cuales fuimos agraciados. La Hagadá dice que "en cada generación debe la persona considerarse como si él mismo hubiese salido de Egipto"... No hablemos en Pésaj solamente de una "tradición del pasado". La historia es continua. La liberación fue en aquellas épocas de manos del Faraón, y hoy día de manos de innumerables agresores.
¿Y las respuestas a las cuatro incógnitas? Cuando el niño vea a su padre cumplir con la práctica de los preceptos como algo propio y no como una costumbre arcaica, cuando lo vea identificado y entusiasmado con las Mitzvot, cuando la conducta de su padre sea íntegra en sus midot (características del comportamiento), tal como la demostración de gratitud hacia todo lo que uno recibe de terceros, posiblemente no entienda a fondo el significado de cada uno de los preceptos, pero -sin duda- querrá seguir adelante con el mensaje que su padre le transmitió.
El Rincón de la Halajá (Ley Judía)
* por el Rav Iosef I. Feigelstock
Vajilla Kasher Le Pesaj
Existen vajillas Kasher y vajillas Taref. Aquellos utensilios que hayan sido utilizados con alimentos que no son Kasher se transforman en Taref. Lo mismo sucede entre carne y leche, por lo que una vajilla que haya sido utilizada con alimentos lácteos no podrá ser utilizada luego con alimentos de carne. Esto mismo sucede con respecto a Pesaj. Vale decir que una vajilla que ha sido utilizada con Jametz (como ser productos leudados) no podrá ser utilizada en Pesaj.
Kasherización
Si quisiéramos utilizar nuestra vajilla diaria para la fiesta de Pesaj debemos antes pasarlas por un proceso de Kasherización (proceso que no es igual al de la Kasherización de Taref a Kasher, o entre carne y leche y viceversa).
El procedimiento para la Kasherización lo encontramos en la Torá. La regla es la siguiente: Todo utensilio que ha sido utilizado con fuego directo (horno - parrilla - spiedo - asadera) deberá pasar por una Kasherización con fuego; aquellos que hayan sido utilizado con líquidos (ollas - platos y cubiertos) deberán Kasherizarse con agua hirviendo.
¿Que materiales podemos Kasherizar?
Todo objeto metálico, de madera, piedra, mármol reconstruido y según algunas autoridades Rabínicas también el vidrio y el plástico son factibles de pasar por un proceso de Kasherización. La porcelana y la loza no son posibles de Kasherizar.
El proceso a seguir es el siguiente: debemos ante todo limpiar perfectamente el objeto, prestando especial atención en los mangos y las manijas. Si se nos dificulta su limpieza, (y de ser posible) los exponemos bajo el fuego hasta que del otro lado se ponga marrón una hoja de papel, comprobando que el calor fue lo suficientemente alto para carbonizar los restos de suciedad. En una olla Kasher de Pesaj (debemos escoger una lo suficientemente grande para que entren los objetos) ponemos agua y cuando ya está hirviendo, sumergimos los utensilios a Kasherizar, y luego los lavamos con agua fría. De no entrar en la olla de una vez podemos sumergirlo de a partes.
Para el proceso de Kasherización del horno o de la cocina recomendamos consultar con un Rabino Ortodoxo.
Resumen de la Parashá
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)
Parashá Vaiakhel
Moshé transmitió a los bnei Israel los detalles de las órdenes del Señor relativas al Santuario y sus contenidos, pero primero enfatizó la santidad del Shabat, durante cuyo transcurso está prohibido efectuar cualquier trabajo. Cuando se les pidió que contribuyeran al fondo de construcción del Santuario, los benei Israel respondieron muy generosamente y cada individuo donó todo lo que pudo. Las mujeres capacitadas tejieron el material de lino. Los príncipes de cada tribu ofrecieron piedras preciosas para el pectoral, así como también aceite y especias para el incienso. Algunas mujeres donaron incluso sus espejos de cobre bruñido para la jofaina y su jarra.
Moshé hizo especial mención del hecho de que Hashem había elegido a Betzalel, de la tribu de Iehudá, un hombre sabio, comprensivo y de experiencia, para supervisar los detalles de la construcción. Fue ayudado por Oholiav, de la tribu de Dan, que eran un grabador y tejedor talentoso.
Las contribuciones para la construcción del Santuario fueron tan abundantes, que los trabajadores llegaron a informar que tenían más material del que necesitaban. Pronto, sección por sección, el Santuario y su contenido comenzaron a tomar forma. Se pidió entonces al pueblo que interrumpiera las donaciones.
Parashá Pekudei
Por orden de Moshé fueron calculados los gastos totales de la construcción del Santuario. La obra fue inspeccioanda y aprobada por él mismo, que luego bendijo al pueblo por su aporte a ese magnífico logro.
El primer día del mes de Nisán, casi un año despues de la partida de los judíos de Egipto, fue erigido el Mishkán bajo la supervición personal de Moshé, y los elementos fueron dispuestos en su interior en el orden prescripto.
Una nube cubría el Mishcán, que estaba rodeado por la glora de Hashem. Cada elevación de la nube indicaba el deseo de D-s de que los israelitas continuarán su viaje.
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