sábado, diciembre 16, 2006

Parashá VAIESHEV

Sumario

1- La Frase de la Semana
2- Pensamiento para Crecer
3- Janucáh Saméaj - bendición y fuentes de alegría
4- Resumen de la Parashá VAIESHEV
5- Vaieishév-Januká «El momento de las almas»

LA FRASE DE LA SEMANA

Los judíos sirvieron a Di-s en Janucá en el nivel que supera todas las barreras, el que se logra a través de mesirut nefesh (entrega total). Debido a ello, desde el Cielo les mostraron un afecto especial. Pues aunque está permitido, de acuerdo a la Halajá, encender las velas de la Menorá con aceite impuro (Ya que la impureza se relega para realizar una ofrenda pública; además un líquido del Beit Hamikdash no se impurifica) Y por eso encontraron milagrosamente una vasija de aceite puro. (Igrot Kodesh)


Pensamientos para crecer...nuestro templo …


"...Al entrar al Santuario....hallaron sólo una vasija de aceite que no había sido impurificado.."
Muchas veces todo a nuestro alrededor parece caótico, desolador, el mundo se desmorona, estamos en crisis, y no sabemos por donde comenzar a reconstruir nuestras vidas... el mensaje interior de Janucá resulta entonces muy alentador, especialmente en estos tiempos.:....'siempre hay una vasija de aceite puro' ...siempre hay un punto intacto en nuestro interior, que sobrevive a los vaivenes del mundo externo, a las modas y antimodas, que permanece oculto, hundido debajo de los escombros, imperceptible, ...hasta para nosotros mismos, y al cual debemos retornar cuando todo parece perdido, "impurificado",para desde allí encender nuestra propia luz, luz verdadera,Ese es el punto sano, el aceite puro que ilumina el Templo, nuestro Templo.Encontrar el punto intacto, la vasija de aceite que no ha sido impurificada, es la tarea que nos corresponde en este tiempo. Y, cuando no podemos hallarla solos, debemos pedir ayuda, a D-os a través de la plegaria, a un buen amigo, un familiar, un consejero, o a un Rab...No solo estaremos recibiendo ayuda, sino que habremos dado a otro la posibilidad de compartir.




Janucáh Saméaj - bendición y fuentes de alegría


Hoy a al atardecer, antes de prender las velas de shabat ( 5:48 en RD) prenderemos la primera vela de nuestra Janukia, durante 8 días prendemos cada día una vela mas que se agrega a las anteriores hasta llegar a 8.

También tenemos otra "vela" que sobresale de las 8 anteriores, una "vela" mas.

Juntas son 9, nueve pequeñas llamas que iluminaran el ultimo día de januka.

Nuestros sabios enseñan que no prendemos todas juntas, sino que día a día agregamos una mas y otra mas y otra mas hasta llegar a completar la janukia,

Por que?

Contestan nuestros maestros... En januka conmemoramos el milagro del aceite en tiempos de nuestro segundo templo, teníamos solamente aceite suficiente para un día, pero duro 8, el ultimo día se completo el milagro, y se reinauguró el TEMPLO de Jerusalem, cada día fue milagroso, pero el ultimo dia el milagro tomo forma de manera que el pueblo de israel pudo volver a poner en funcionamiento nuesto TEMPLO, por eso prendemos una mas cada dia y no todas juntas ya que cada dia el milagro fue mayor...

Nos preguntamos si el milagro duro 8 dias entonces por que finalmente tenemos 9 velas encendidas?

Y la respuesta es por que esa "vela" extra es la mano de ASHEM, de el viene todo y hacia el todo vuelve, el milagro de januka fue una obra orquestada por Ashem, pero no solo el milagro de januka fue orquestado por ashem, cada día de nuestras vidas es un MILAGRO orquestado por el, por eso en tiempos de Januka conmemoramos una ves mas que ashem todo poderoso es quien nos permite tener la posibilidad de iluminar a los demas como el " con su mano" nos ilumina a todo el pueblo de Israel.

Quiera D"s bendito llenar nuestras almas de un poquito de esa luz, nuestras vidas de un poquito de esa luz, nuestras familias de un poquito de esa luz, iluminar nuestro camino siempre y darnos la fuerza suficiente para que nosotros también podamos darla a los demás pueblos del mundo, de esa manera traeremos a MASHIAJ en nuestros días, AMEN.

Que tengamos todos un januka sameaj, y no olvidemos prender la janukia, estemos donde estemos prendamosla a ella y con seguridad ella nos prendera a nosotros.

Abrazos a todos y fuerza a cada IEHUDI, Ashem es nuestro padre y quiere lo mejor para nosotros.





Parashá VAIESHEV


Resumen de la Parashá VAIESHEV
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)



El hijo favorito de Iaakov era Iosef, su ben z´kunim ("hijo de la vejez"). Le hizo confeccionar una túnica de seda de muchos colores como signo de distinción y señorío. Esto despertó los celos de los hermanos de Iosef, al punto que llegaron a odiarlo y a no poder siquiera hablarle en tono amable.
Iosef tuvo dos sueños con el mismo mensaje obvio. El odio de sus hermanos se intensificó cuando conocieron el contenido de esos sueños. En el primero, los manojos de espigas de sus hermanos se inclinaban ante el suyo propio, que estaba en medio de ellos. En el segundo, el sol, la luna y once estrellas (representando el resto de la familia de Iosef) se inclinaban ante él. La deducción era que todos los miembros de la familia de Iosef se subordinarían a él. Iaakov le reprochó haber despertado la enemistad de sus hermanos, aunque él personalmente confiaba en que los sueños se harían realidad.
Cuando los hermanos de Iosef estaban vigilando los rebaños de su padre en Shjem, Iaakov lo envió a observar cómo iban las cosas. Al verlo acercarse, los hermanos decidieron que ésa era su oportunidad de complotar para matarlo, arrojar su cuerpo a un pozo y luego encubrir su acto diciendo que había sido devorado por una bestia salvaje.
Reuven sabía que eso era un crimen. Quería salvar a Iosef pero comprendió que los demás hermanos no entenderían sus palabras. No obstante, logró convencerlos de que no mataran a Iosef sino que lo arrojaran vivo en un pozo cercano. "Que no sean vuestras manos las que lo hieran directamente", arguyó Reuven. El se proponía regresar secretamente, más tarde, después de que sus hermanos lo despojaron de su túnica de seda y lo arrojaron vivo al foso, como había sugerido Reuven.
En ese momento advirtieron que se acercaba una caravana de ismaelitas que transportaban especias a Egipto, y a Iehudá se le ocurrió la idea de vender a Iosef como esclavo en lugar de causar directamente su muerte. Los demás hermanos aceptaron este nuevo plan y vendieron al joven a los viajeros ismaelitas por veinte piezas de plata. Reuven, que estaba lejos cuando esto ocurría, regresó al lugar y para su gran pesar no hallo rastro alguno de Iosef. Los hermanos empaparon su prenda de seda en sangre de cabra (que es parecida a la del ser humano) y la llevaron a Iaakov, quien se convenció de que Iosef había sido devorado por una bestia salvaje y lloró su pérdida por mucho tiempo.
Entretanto, Iosef había sido vendido y vuelto a vender muchas veces. Los ismaelitas lo vendieron a comerciantes midianitas, y éstos a Potifar, un funcionario del faraón, en Egipto.
Iehuda, se había casado con la hija Shua, un comerciante, y tuvieron tres hijos. el primero se casó con una mujer llamada Tamar, pero murió poco después del casamiento. El segundo hijo se casó entonces con ella, pero este segundo esposo también murió poco después. Iehuda temía que su tercer hijo muriera también si desposaba a Tamar, de modo que le pidió a ésta que aguardara en la casa de su padre hasta que su hijo menor tuviera edad para casarse con ella. Iehuda estaba sólo postergando el asunto, pues no tenía intención de hacer que el matrimonio tuviera lugar alguna vez. Enterada a través de una profecía de que los reyes de Israel descenderían de Iehuda, Tamar se disfrazó y lo engaño para poder concebir un hijo suyo. Cuando su gravidez fue descubiera, Iehuda -sin saber que era su propio hijo el que Tamar llevaba en su vientre- la condenó a ser quemada. Pero su nuera pudo probar que el padre del niño que iba a nacer era el propio Iehudá. Cuando ella era llevada a la hoguera, le envió a Iehuda bienes personales, diciendo: "Estoy encinta por el poseedor de estos objetos. Iehuda comprendió enseguida y reconoció que era su hijo. Admitió que ella tenía razón, pues él no le había permitido que se casara con su hijo menor, y le perdonó la vida.
Hashem protegía a Iosef y éste tuvo éxito en todo lo que emprendió. Al darse cuenta de esto, Potifar lo designó intendente de su casa. La esposa de Potifar trató de seducir a Iosef, pero él rechazaba sus diarios asedios. Finalmente, ella se sintió ofendida y reaccionó maliciosamente, acusándolo de molestarla, y logró que Iosef fuera enviado a prisión.
Incluso en la cárcel el Señor estuvo con Iosef, y éste encontró gracia en los ojos del guardián, quien lo puso a cargo de todos los prisioneros. Todo lo que ocurría en la prisión era controlado por Iosef. Mientras permaneció allí se puso en contacto con dos funcionarios reales, el copero y el panadero. Ambos habían ofendido a Paró y estaban en prisión aguardando la sentencia. Una noche, cada uno de ellos tuvo un sueño, que reveló a Iosef, y la interpretación que hizo éste fue que el copero sería perdonado por el faraón, pero que el panadero sería ejecutado. Todo ocurrió tal como Iosef había predicho. Pidió, entonces, al copero que intercediera ante el faraón en su favor, pero el funcionadrio olvidó el pedido tan pronto como fue liberado de la prisión.



Vaieishév-Januká «El momento de las almas»
(Extraído de HALEL)


« La vida fluye a través de almas. Cada alma es un grado de conciencia de la Luz Infinita. Así como una idea precisa de una mente y una intención para alcanzar nuestra conciencia, así las almas precisan de la intención de una pareja para manifestarse en u



El alma es una energía, una Luz espiritual proveniente del Kadósh Barúj Hú, el cuerpo es su receptáculo y la intención es la manifestación que expresan los padres a través de su libre albedrío para realizar dicho objetivo. La tradición de Israel llama hijos, tanto a los carnales como a los espirituales, a los discípulos. Hijo es quien da continuidad a nuestra vida corporal y/o espiritual. Por ende la imperiosa necesidad de toda criatura de lograr su descendencia. De esa forma la Luz Infinita toma realidad en el ámbito material sensorial, nuestro mundo, y la cadena de la vida continúa su curso hasta alcanzar su objetivo final: la armonía universal. La Kabalá nos enseña que la armonía universal sólo podrá ser alcanzada cuando todas las almas se revelen y depuren de acuerdo a su potencial particular, y logren así la forma perfecta de relacionarse con sus semejantes y con la Luz Infinita. Esa labor se puede realizar en forma conciente, cuando el ser humano aprehende los principios objetivos que rigen la vida: no asesinar, no robar, no adulterar, y el resto de las mitzvót de la Torá etc. o sea las leyes que lo ayudan a desarrollarse sin distorsionar la ecología espiritual o, a través del sufrimiento cuando actúa ignorando los principios espirituales. De ahí lo sagrado de la vida para el judaísmo y todas las leyes y preceptos-mitzvót que la protegen. La primera mitzvá que aparece en la Torá es la de dar continuidad a la vida, por ello quienes viven de acuerdo a la Torá poseen familias numerosas, ya que cada alma que se manifiesta en este mundo es un eslabón más en la revelación de la armonía universal.Todas las almas tienen su momento y su funciónCuando oscurece y el sol se oculta la lámpara que estaba encendida, que no había despertado nuestro interés, de repente capta nuestra atención, ya que se hace necesaria para ver en la oscuridad. Así cada alma, que es una dimensión de la Luz, al ocultarse cede su lugar y otra se revela. Así son las almas, cada una tiene su momento y su función. Israel amaba a Ioséf más que al resto de sus hijosLa Torá nos relata que Israel amaba a Ioséf más que a todos sus hijos, ya que nació en su ancianidad. En la parashá anterior estudiamos que Israel es el nombre que adquiere Iaacóv cuando alcanza el grado de altruismo que puede ser Luz, influencia positiva, para nuestra «humanidad interior», nuestros instintos, emociones y pensamientos, expandiéndose desde allí al mundo. Israel es la potencialidad del alma que puede alcanzar la Luz infinita y Ioséf la forma de implementarla, que Israel alcanzó en su ancianidad, cuando maduró su sabiduría. Lo primero que se manifiesta en la vida humana es el deseo en forma egoísta y en la medida en que las personas se desarrollan y adquieran sabiduría, comienzan a prever la consecuencia de sus actos. Sabiduría implica comprender objetivamente la realidad sobreponiéndonos a prejuicios, así como también el poder evaluar cada situación más allá del modo en que nos afecta personalmente.¿Qué es racionalidad?Aquello en lo que percibimos la relación causa-consecuencia. Hay relaciones causa-consecuencia que percibimos inmediatamente: me pincho y siento dolor; otras que demoramos más en percibir su efecto: una alimentación incorrecta y una forma de vida insana conducen a malestar y/o enfermedad. Pero existen relaciones causa-consecuencia aun mas lejanas como lo vemos en la ecología, en la educación, etc. Cuanto más distante es la relación causa-consecuencia que logramos percibir mayor será nuestra conciencia de la realidad. Este conocimiento es en última instancia el que determina la escala de valores de un individuo y una sociedad. La conciencia que alcancemos del objetivo final es lo que va a fijar las pautas de nuestro comportamiento.Ioséf y la revelación de la LuzIoséf desciende a Mitzraim-Egipto, Mitzraim proviene del vocablo hebreo limitaciones - meitzarím. A través de Ioséf todo Israel, el alma, descenderá a Egipto, las limitaciones, con el objetivo de revelar Luz. Cuando el ser humano enfrenta situaciones límites revela nuevos aspectos de su potencial. Ioséf representa la potencialidad de Israel de revelar Luz en donde aparentemente hay oscuridad. El alma es introducida en la Creación con el objetivo de tomar conciencia de la Luz Infinita que produce la armonía universal. Tanto en la época de los Macabeos como en cada uno de los período de la historia y en el presente nos enfrentamos a ese desafío. En cada época la oscuridad adopta otro modo de manifestación lo cual nos exige una forma aun más contundente de revelar Luz.Mecánica creativaLa naturaleza funciona en base a principios objetivos, por ejemplo: primero sentimos que tenemos hambre luego comemos, primero sentimos que algo nos falta luego deseamos conseguirlo. El sufrir, el mal, nos hace desear la plenitud, el bien. Esta es la percepción sensible, que evalúa lo inmediato sin discernir la consecuencia de nuestros actos. Al obviar la interacción de la percepción sensible con la inteligible conduce, en última instancia, a una percepción parcial de la realidad, ya que las decisiones que se toman no consideran integralmente las consecuencias a largo plazo. Es la concepción griega de la realidad, como la de muchas otras culturas y corrientes filosóficas basadas en el efecto que producen las impresiones sensoriales, emocionales e intelectuales desligadas de la realidad espiritual. En vez de ayudar al hombre a entender la vida como un todo lo conduce a una ruptura y división entre los planos emocionales e intelectuales del plano espiritual, ética-estética, arte-ciencia, espíritu-materia, etc. Todo ello genera una percepción de la realidad en la cual el hombre tiende permanentemente a adaptar y justificar la realidad a sí mismo, lo que genera un estado general de impaciencia e intolerancia con respecto a la necesidad y comprensión de su semejante, dado que la realidad deja de ser objetiva, todo depende de cómo yo entiendo y siento momentáneamente lo que son las cosas y no cómo las cosas son realmente. Esta percepción parcial de la realidad induce al hombre, y por ende a la sociedad a subjetivizar su comprensión. La cultura griega estableció las bases de todo el pensamiento occidental. Para dicha filosofía, como para el positivista occidental moderno quien sólo admite el método experimental y rechaza toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto, su cultura era y es la única posible.La ToráLa sabiduría de la Torá, como la de cualquier otra forma de conocimiento, es efectiva cuando la llevamos a la práctica y no cuando sólo queda en el plano ideal. Por dicha razón el estudio de la Torá como una forma de conocimiento conceptual, una filosofía, no fue prohibido por los griegos, sino que lo prohibido era el estudio que llevaba a la práctica. Los griegos conocían sólo la filosofía, por eso cuando se trataba de lo verdaderamente espiritual, el bien colectivo, el altruismo, todo quedaba en el plano conceptual y abstracto: lo bello, el bien, etc. En cambio, cuando se trataba de justificar sus deseos eran muy prácticos. La conclusión a la que arribaron fue que sin prohibir la práctica de las mitzvót no cabía la posibilidad de que los judíos se asimilen a su cultura. Al no poder quebrar el espíritu de nuestro pueblo, dado que el judaísmo está basado en una educación que fortalece constantemente la voluntad altruista y comprendiendo que nuestra vida estaba y está basada en un comportamiento diario (mitzvót) y no sólo en pensamiento abstracto separado de la acción, prohibieron mediante pena de muerte a todo «transgresor», el cumplimiento de 3 mitzvót:1) Shabat.2) La conmemoración del comienzo de cada mes en el Templo (Rosh Jodesh).3) La circuncisión.Mediante el cumplimiento del Shabat y el comienzo del mes (Rosh Jodesh) el hombre se libera de la tiranía del espacio, el materialismo y la mecanicidad del tiempo.Mediante la circuncisión y la limitación sobre sus instintos, el hombre se libera de la tiranía de los deseos inferiores y egoístas.El desafío de JanukáLa Torá nos des-cubre las leyes que rigen los diferentes planos de la Creación sólo cuando confrontamos lo que estudiamos con el desafío de llevarlo a la práctica. Sólo así el hombre libera su mente de la especulación sin objetivo. Son precisamente las mitzvót, esas acciones concretas las que liberan el alma de la soberanía de la materialidad a la cual el sistema politeísta y filosófico griego induce.El verdadero desafío al cual Januká nos enfrenta fue el mismo al cual se enfrentaron Abraham, Itzják, Iaacóv y Iosef, así como todos los verdaderos profetas y sabios judíos de siempre: la superación del egoísmo y por ende la especulación mental que sólo tiende a justificarnos constantemente. La Torá y las mitzvót le brindan al hombre un sistema que lo entrena una y otra vez, desde todas las perspectivas posibles, a transformar sus instintos, emociones, pensamientos y deseos en altruismo para que alcance la Luz Infinita que revela la armonía universal.





domingo, diciembre 10, 2006

Parashá VAISHLAJ


LA FRASE DE LA SEMANA

“No soy digno de toda la misericordia... que Tu has hecho” (Bereshit 32:11).

En hebreo “no soy digno” también puede traducirse, “me he empequeñecido”. Iaakov nuestro Patriarca dijo: La gran misericordia que Di-s ha hecho para conmigo me ha causado sentirme más pequeño y humilde. La misericordia que Di-s muestra a la persona lo trae más cerca de Di-s, y cuanto más cercano uno está a Hashem, más humilde se vuelve. (Tania)


Ya llega Januca y en el ser judío penetran las energías de Iluminación y Milagro emanadas desde la festividad. Al prender las 36 velas de Januca por un periodo de 8 días, en cada hogar judío experimentamos una sensación muy especial, el encendido de la luz y llama interior.
Podemos sentarnos horas a contemplar embelesados la llama de Januca.

Es luminosa, cálida, apacible, delicada pero sobre todo es espiritual, aunque no sepamos de qué modo lo es. Una gota amarilla de luz enlazada con rojo, un brillo blanco por los bordes, y un azul en su centro.

Pero en verdad, no vemos todos estos colores hasta tanto no nos ponemos a detallarlos: la llama en si es un todo perfecto integrado, que emana calma, tranquilidad y paz.

La llama esta conformada por un conjunto de fuerzas que empujan en direcciones opuestas así como el alma judía que es también una colisión de fuerzas divergentes y anhelos contrarios. “El alma del hombre es la vela de D-os” (Proverbios 20:2)”

Janucá es un proceso de transformación espiritual con el que, a través del encendido acumulativo de las velas, treinta y seis en total, se revela la luz de la creación. El Talmud explica que esa luz iluminó a Adam y Eva durante 36 horas: desde el viernes en la tarde hasta final del sábado, tiempo en el cual Adam pudo visualizar el mundo de un extremo a otro. Durante ese lapso, la luz primordial, es decir la sabiduría intrínseca del propósito de la creación y la verdad, estuvo a disposición del ser humano.

Sin embargo, esa luz fue escondida con el propósito de que fuera la propia Creación la que tuviera que develarla por medio de sus acciones, y a la vez se manifestara la superación de la oscuridad por el esfuerzo humano. Esa intensa luz se ocultó del universo para revelarse en un tiempo aún por venir.

Desde entonces añoramos esa luz, la buscamos y perseguimos a través de la plegaria, el estudio y la meditación. No obstante en nuestros momentos más oscuros podemos acceder a esa memoria nacida en esas treinta y seis horas en las que la humanidad como un todo, vivió imbuida de esa luz.

El Midrash se pregunta dónde se encuentra oculta esa luz y a la vez responde “en la Tora”. A través de su resplandor podemos experimentar la sabiduría, el propósito y el objetivo de la creación.

Durante los ochos días de Januca y con nuestra acción nuestro mundo dispone de la luminosidad de esa luz gloriosa.



Parashá VAISHLAJ

Resumen de la Parashá VAISHLAJ
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

En el viaje de regreso a su hogar, temiendo por la seguridad de su familia, Iaakov envió mensajeros al hermano con una propuesta conciliatoria, pero ellos volvieron con la noticia de que Eisav se estaba aproximando con cuatrocientos hombres armandos. Iaakov temía ahora que Eisav tratara de llevar a cabo su intención de matarlo (ver parashat Toldot). Preparándose para lo peor, dividió a la gente y sus bienes en dos campamentos. De esta forma, si un campamento era atacado, la gente del otro tendría oportunidad de escapar. Iaakov eligió ese momento de gran temor para rogarle a Hashem que lo salvara de las manos de su hermano. También envió a Eisav una cantidad de valiosos regalos, confiando en apaciguarlo.
Iaakov llevó a sus esposas e hijos y los ayudó a cruzar el vado de Iabok. Luego supervisó el paso de todas sus pertenencias. Cuando se disponía a cruzar aparecío un individuo que comenzó a luchar con él, y ambos estuvieron forcejeando hasta la madrugada. Este individuo, que según explican Jazal, era, efectivamente, el ángel que represtna a Eisav y sus descendientes en el cielo, no pudo vencer a Iaakov, pero consiguió herirlo en un muslo. Iaakov logró sujetarlo y rehusó liberarlo hasta que recibiera de él una bendición. Su deseo le fue concedido: el ángel lo bendijo y le aseguró que de allí en adelante sería conocido por el nombre de Israel. Este cojeaba al alejarse del lugar en que había tenido lugar la lucha. Es por esta razón que hasta hoy en día no comemos el guid hanashé (tendón del muslo) de ningún animal.
Cuando Iaakov vio a Eisav aproximarse junto con sus seguidores ubicó a cada hojo cerca de su respectiva madre. Primero fueron Bilha y Zilpa y sus hijos. Luego, Lea y sus niños y, finalmente, Rajel y Iosef. El propio Iaakov se acercó a Eisav al frente de su familia, inclinándose siete veces durante el camino. Fue entonces cuando courrió un milagro. Eisav, al contemplar toda la escena y ver a Iaakov haciendole reverencia, se sintío muy conmovido, corrió hacia su hermano y lo besó. Los dos comenzaron a llorar: la promesa de D-s sobre la seguridad durante el viaje de regreso se había cumplido.
Iaakov se seaparó del hermano y llegó a Shjem. Allí compró tierra, alzó su tienda y construyo un altar en agradecimiento al Señor.
El príncipe de Shejem secuestró a Dina y la obligó a vivir con él. Ninguno en Shjem protestó por esta conducta inhumana. Shimón y Leví fueron a la ciudad, rescataron a su hermana y luego castigaron al culpable, a todos los cómplices y a los que habiendo podido ayudar a Dina, no lo hicieron.
Por mandato de D-s, Iaakov regresó a Bet-El, donde construyó de nuevo un altar como expresión de gratitud al Señor, Quien se le apareció y le renovó Su promesa de darle la tierra a él y a sus descendientes. Iaakov vertió luego vino y aceite sobre el altar que había erigido en su viaje a la casa de Laván (ver parashat Vaietzé).
Cuando la familia hubo abandonado Bet-El y estuvo cerca de Bet-Léjem, murío Rajel al dar a luz a Biniamin. Fue sepultada allí y Iaakov erigió un monumento sobre su tumba. Finalmente, Iaakov llegó a Jevrón, donde se reunío con su padre. Itzjak murió a la edad de ciento ochenta años y fue sepultado por sus hijos Eisav y Iaakov.
Eisav se había convertido en un hombre muy rico y no había suficiente tierra en Canaán para sus rebaños y los de Iaakov. En consecuencia, Eisav se reasentó con su familia en el monte Seir, en Edom, una tierra que sus descendientes habitaron por muchos años.



Respuestas a las circunstancias
Autor: Pynchas Brener

La narrativa de la Torá describe la competencia entre los actores de la historia, especialmente dentro del seno de la familia. Ya en Bereshit, tropezamos con la rivalidad entre Kayin y Hével, rivalidad cuya esencia no está reseñada. De acuerdo al Midrash, ambos eran poseedores de tierras y ganado. Cada uno quería que el futuro Beit HaMikdash sea construido en su parcela y por ello se dio la contienda a muerte.
La competencia adquiere una modalidad diferente en el caso de Avraham y Lot, su sobrino. Esta vez, el problema tiene un carácter económico porque el abultado ganado de ambos con el requerimiento de un pasto suficiente, les impide permanecer juntos y deciden separarse. Lot opta por unos fértiles valles, no obstante que sus habitantes tienen una conducta inmoral. Allí estaban las ciudades de Sedom y Amorá.
Los hijos de Avraham tienen personalidades muy diferentes y no pueden convivir bajo el mismo techo. La esposa Sará asegura que su hijo Yitsjak no comparta el hogar con Yishmael, hijo de la concubina Hagar e insta que se le exile del hogar paternal.
En este mismo sentido encontramos que Yaacov y Esav tampoco pueden compartir el hogar paterno. Son dos individuos diferentes. Esav es el hombre del campo y Yaacov es un joven introvertido y estudioso. En este caso los personajes dejan de tener un carácter lineal y simple, se da comienzo a la complejidad.
Esav es un cazador, hombre del campo, sin embargo es muy respetuoso de los padres y permanece en el hogar paternal, mientras que Yaacov huye y se refugia en el hogar de su tío Laván. ¿Por qué tuvo que abandonar la tierra de Canaán? Porque Yaacov es un personaje que tiene que resolver conflictos internos. Utilizó el engaño para obtener la bendición paterna, hecho que produjo la ira de su hermano primogénito Esav quien, como venganza, expresó la intención de asesinarlo.
Con todo intento didáctico, la Torá relata que Yaacov fue el blanco del engaño también, pero a manos de su tío Laván, maestro del embuste de acuerdo a los jajamim. Aunque enamorado de Rajel, a través de una artimaña se encontró casado con la odiada Leá, la hermana de Rajel. Para un mayor énfasis didáctico, Leá da a luz a seis hijos, hecho muy apreciado e importante en una sociedad agrícola, mientras que la amada Rajel tiene dificultades para concebir.
Después de dos décadas de ausencia, Yaacov decide retornar a la tierra ancestral, pero sabe que tendrá que enfrentar primero la ira de su hermano Esav, no obstante el lapso transcurrido. En el encuentro filial, Esav da una muestra de hermandad, abraza a Yaacov y lo invita a compartir las bondades de la Tierra Prometida. Pero en un revivir del episodio entre Avraham y Lot, la abundancia del ganado y los bienes de ambos, impide que compartan la misma tierra. Yaacov le había brindado un sinnúmero de piezas de ganado a Esav, quien ahora necesita una expansión significativa de sus campos, donde otros rebaños no competirán por el mismo sustento.
En el desenlace de los episodios mencionados, sale a relucir una diferencia importante acerca de los valores de estos personajes. Kayin está dispuesto a solucionar el problema, incluso a través del asesinato de su hermano, porque piensa que por ser el primogénito debería tener la primera opción para la ubicación de la futura Casa de Dios en su territorio.
Yishmael se siente rechazado por Avraham y no intenta la reconciliación porque su orgullo ha sido vulnerado. Es un cazador y un hombre del campo, que sólo retorna al hogar paternal después de la muerte del patriarca para participar en su entierro.
Esav permanece al lado de sus padres, especialmente durante el largo período de ausencia de su hermano mellizo Yaacov. Pero por motivos netamente materiales abandona la Tierra Prometida y se radica en Seir, que es la tierra de Edom.
La continuidad del judaísmo no podía depender de personajes que en momentos críticos estuvieran dispuestos a tomar un rumbo diferente para responder a situaciones circunstanciales. Las enseñanzas de los patriarcas tenían que ser interiorizadas con profundidad para que sus descendientes no se desviaran del sendero trazado, incluso bajo las circunstancias más adversas. Tal vez, ese es el mensaje que los jajamim desean destacar en su interpretación del versículo: Im Laván Garti, “residí con Laván”. Señalan que la palabra “Garti” es equivalente al vocablo “Taryag”. Son las mismas letras hebreas, pero en un orden diferente. La moraleja es que incluso en el hogar de Laván, Yaacov no olvidó las “Taryag Mitsvot”, su comportamiento fue acorde a las enseñanzas de Yitsjak.

sábado, noviembre 18, 2006

JAIE SARA


Parashá JAIE SARA
Resumen de la Parashá Jaie Sara
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)


Sara murió en Jevrón a la edad de ciento veintisiete años. Abraham, al conocer la mala noticia, volvió rápidamente desde Beer Sheva para guardar duelo y rendirle homenaje. Adquirió el campo y la cueva cercanos de Majpelá a Efrón el hitita, como sepulcro permanente de Sara, y la inhumó allí.
Abraham, ahora ya de edad avanzada, estaba ansioso por casar a su hijo Itzjak. Llamó a su leal sirviente Eliezer y le encargó la importante tarea de hallar una compañera adecuada para su hijo. Abraham insistió en que Eliezer jurara que no elegiría una esposa para Itzjak de entre las hijas de los canaanitas. En lugar de ello, debía regresar a la tierra nativa de Abraham y traer de allí una esposa conveniente para su hijo.
Eliezer tomó diez camellos, los cargó con los mejores presentes de su amo y emprendió viaje a la residencia de los parientes de éste en Aram Naharaim. Llegó hacia la noche y se detuvo junto a un pozo en las afueras de la ciudad. rogó a Hashem que le permitiera hallar a la muchacha apropiada para Itzjak y continuó con su plegaria al Señor par aque coronara con éxito el método que iba a aplicar. Pediría agua a una joven que estuviera junto al pozo. Aquella que respondiera: "Bebe, que yo también sacaré agua para tus camellos", sería la elegida por D-s para Itzjak.
Antes de que Eliezer concluyera su plegaria, llegó Rivká al pozo y llenó su cántaro. Eliezer corrío hacia ella y le pidió un sorbo de agua. Rivka le dio de beber y luego sacó rápidamente agua pra todos los camellos de Eliezer. Al observar esto, el servidor de Abraham, esperando que sus plegarias hubieran sido escuchadas, le regaló ra Rivká un aro de nariz y dos brazaletes, todos de oro. Eliezer se sintió regocijado al descubrir que Rivká era, realmente, la nieta de Najor, hermano de Abraham. Se inclinó y bendijo a Hashem por este acto de bondad para con su amo.
Rivka llevó a Eliezer a su hogar y él contó toda la historia de su viaje. Los familiares estuvieron de acuerdo con esta unión y permitieron a Rivka que viajara a la tierra de Canaan para casarse con Itzjak. Eliezer inundó de regalos a Rivka y su familia. Luego partió llevando a la prometida a Canaan, donde conoció a Itzjak y se casó con él.
Abraham tomó otra esposa, K´tura, que dio a luz más hijos. Les dio hermosos regalos como herencia, pero dejó todo lo que poseía a su hijo favorito, Itzjak. Abraham murió a la edad de ciento setenta y cinco años y fue inhumado por sus hijos Itzjak e Ishmael en la cueva de Majpelá.

¿Qué Aprendemos esta Semana de la Parshá?
“SOLICITAN Y DE INMEDIATO SON RESPONDIDOS”
“Y fue cuando aun no había culminado de hablar, y he aquí Rivká salía”
(Bereshit 24:15)
(Likutei Sijot Tomo 20, Pág. 91)


Cuando Eliézer, el siervo de Abraham, llegó a la fuente de agua que había fuera de la ciudad, rezó a Hashem, que le presente a la pareja de Itzjak. Su plegaria fue respondida con una rapidez extraordinaria1: “Y fue cuando aun no había culminado de hablar, y he aquí Rivká salía”.

El Midrash2 dice al respecto: “Tres fueron respondidos: Eliézer el siervo de Abraham, Moshé y Shlomó”. También con relación a Moshé, cuando tuvo lugar la pelea de Koraj, está dicho3: “Y fue cuando concluyó de hablar... y se partió la tierra”. Así también con el Rey Shlomó, cuando la inauguración del Sagrado Templo, está escrito4: “Y al finalizar Shlomó de rezar a Hashem, el fuego descendió del cielo”.

TRES PLEGARIAS
Esta comparación entre Eliézer, un esclavo gentil, con gigantes espirituales, tzadikim como Moshé y Shlomó llama la atención. ¡¿Cómo puede colocárselo a la par de y junto a Moshé Rabeinu y el Rey Shlomó?!

Más aun: en Eliézer encontramos una ventaja incluso sobre Moshé y Shlomó, puesto que sus plegarias fueron respondidas recién luego de que concluyeron con sus pedidos, mientras que el pedido de Eliézer fue concedido ¡“cuando aun no había culminado de hablar”!.
Puede responderse que la velocidad de las respuestas no es sólo una expresión de la cualidad de los orantes, sino de la importancia del contenido de su oración.

El hecho de que las plegarias de Eliézer, Moshé y Shlomó fueron respondidas de inmediato refleja la gran importancia de esas Plegarias y de los temas pedidos por ellos.

EL POSARSE DE LA PRESENCIA DIVINA
Estas tres plegarias trataron sobre el posarse de la Santidad Divina en tres campos diferentes: el mundo, el hombre, y la Torá.
El Rey Shlomó rezó por la Presencia Divina en el mundo- el Sagrado Templo. Ese era el lugar donde moraba abiertamente la Presencia Divina, hasta que los conceptos de espacio se anularon totalmente frente a la infinitud de la Santidad. Esto se reflejó en las palabras de nuestros Sabios Z”L5: “El lugar del Arca no era parte de la medida” – el Sagrado Arca, cuyo largo era de dos codos y medio, en realidad no ocupaba espacio, ¡puesto que cuando tomaron las medidas entre los laterales del Arca y las paredes sumaban la totalidad del ancho del Santuario!.
Moshé Rabeinu rezó por la Presencia Divina en el hombre- su plegaria consistió en que se revele frente a todos que el Altísimo revela Su Voluntad por medio de Sus sagrados Profetas. Koraj y su comunidad antagonizaron con la profecía de Moshé, y Moshé rezó a Di-s que pruebe a todos que la profecía es verdad, que “el Altísimo hace profetizar a los hombres” (utilizando el lenguaje del Rambam6).

LA VIRTUD DE LA TORÁ
La Plegaria de Eliézer era sobre la Presencia Divina en la Torá. Nuestros Sabios Z”L7 destacan la virtud de las palabras de Eliézer por encima de la Torá de los hijos de Israel por lo que la Torá se extendió en el relato pormenorizado de Eliézer. De ello aprendieron que es “más bella la conversación de los esclavos de los Patriarcas que la Torá de los hijos”. Se explicó al respecto que Eliézer con la búsqueda de la pareja de Itzjak colocó las bases para la Torá y Sus preceptos.
La esencia de la Torá consiste en la unión de la Sabiduría del Altísimo con la mente material del hombre. Una unión similar a esta tuvo lugar con el casamiento de Itzjak con Rivka- él era “una ofrenda total, íntegra”8, puro y sagrado, al punto que tenía prohibida la salida de la Tierra de Israel9; ella venía de afuera de la Tierra de Israel, de una familia de malvados. La unión entre ambos implicaba el acto de unión de la espiritualidad más excelsa con la materia inferior, similar a lo que ocurre al unirse la Sagrada Divinidad con la Torá estudiada por el hombre terrenal.
Y en razón de la virtud especial del Patriarca Itzjak, cuya cualidad distintiva era la Guevurá, fortaleza, que alude a la “‘vitalidad fortalecida’, es que Eliézer se hizo meritorio que ‘aun’ antes de haber concluido de hablar”- su plegaria fue respondida.


NOTAS: 1. Nuestra Parshá 24:15 2.Bereshit Rabá Parshá 60:4 Ialkut Shimoní Bereshit 247,108 y otros 3.Bamidbar 16:31 4.Divrei HaIamim II 7:1 5.Iomá 61,a 6.Hiljot Iesodei HaTorá comienzo Cáp. 7 7.Maamarei Admur HaZaken 5563- Parte I Pág. 36 8.Bereshit Rabá Parsha 64:3 9.Hashem dijo: “el habitar fuera de la tierra de Israel no es adecuado para ti”- Rashi Bereshit 25:2

miércoles, noviembre 08, 2006

Parasha Vaiera


Parashá Vaierá

Resumen de la Parashá Vaierá
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Mientras Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda esperando recibir visitantes y poder cumplir así la mitzvá de guemilat jesed, aparecieron tres individuos. Abraham corrió a darles la bienvenida y a agasajarlos en la forma más hospitalaria. Estos "visitantes" eran, en realidad, malajim (ángeles) enviados por Hashem para cumplir misiones especiales en este mundo. Uno de ellos le informó a Abraham que dentro de un año su esposa Sara daría a luz a un niño. Sara, que ya tenía casi noventa años de edad en ese momento, rió para sí al escuchar esta increíble noticia. Fue, entonces, reprendida por D-s por esta leve señal de duda. Ella debía haber creído de todo corazón en la promesa de Hashem. ¿Por qué era tan difícil de creer? ¿Hay acaso, algo que El no pueda hacer? Antes de irse, un segundo malaj cumplió su misión, curando a Abraham el dolor el malestar que le había porducido la circunsición).
Había llegado el momento de que el tercer ángel cumpliera su parte: la destrucción de Sedom y Amorá. Hashem decidió que sería impropio no informar a a Abraham de Su intención de destruir las dos ciudades. Cuando Abraham se enteró de esto, se despertó su rajmanut (misericordia) y se dirigió a D-s con una plegaria en favor de los habitantes de ambas ciudades, argumentando que los hombres justos no deberían ser destruidos junto con los malvados. Obtuvo, entonces, la promesa de Hashem de perdonar a la comunidad entera se si hallaran entre ellos por lo menos diez hombres rectos.
Dos malajim llegaron a Sdom. El primero, el mismo que había curado a Abraham, ya estaba allí para cumplir el resto de su mmisión y salvar a Lot y su familia. El segundo malaj estaba dispuesto a destruir la ciudad. Los dos malajim, que aún conservaban el aspecto de seres humanos, fueron saludados por Lot e invitados a alojarse en su casa. Cuando se difundió la noticia en la malvada ciudad de Sedom, todos los habitantes se reunieron alrededor de la casa de Lot. Los perversos hombres de la ciudad trataron de molestar a los visitantes y fueron castigados con ceguera por Hashem. Los malajim informaron entonces a Lot que D-s tenía la intención de destruir la ciudad. Lot titubeó ante la necesidad de abandonar Sdom; quería salvar su dinero. Sin perder un instante, los malajim lo tomaron a él, a su esposa y sus dos hijas, y los ubicaron fuera de la ciudad. Les adviertieron que no se dieran vuelta para mirar la destrucción de esa urbe. Ellos serían salvados sólo por el zejut (mérito) de Abraham y en consecuencia, no tenían derecho a observar el castigo de los demás. Se les advirtió, también, que no permanecieran en la planicie que rodeaba las ciudades. Lot rogó que se le permitiera quedarse en una pequeña ciudad, conocida más tarde como Tzóar. Hashem accedió al pedido y Lot y su familia hallaron refugio en ella. Luego Hashem derramó azufre y fuego sobre las ciudades de Sedom, Amorá y la planicie que las rodeaba. Toda el área fue destruida. La esposa de Lot desobedeció la advertencia de los malajaim: se dio vuelta para contemplar la destrucción y, como castigo, fue convertida en una estatua de sal.
Lot temía vivir en Tzóar debido a su proximidad a la detruida ciudad de Sdom. Se trasladó, entonces, a una cueva en el área montañosa cercana. Fue allí que sus hijas dieron a luz a los fundadores de las naciones de Amón y Moav.
Después de esta terribe catástrofe, Abraham viajó al Neguev (el sur de Eretz Israel), a la población de Guerar. Nuevamente tomó la precaución que había adoptado en Egipto, declarando que Sara era su hermana. Ella fue llevada al palacio de Avimélej, rey de Guerar, y toda la familia de éste fue castigada con una enfermedad. D-s se apareció a Avimilej en un sueño, le dijo que había cometido un pecado grave al llevar a Sara a su palacio y le advirtió que moriría si no la devolvía a su esposo. A la mañana siguiente, Avimelej la devolvió a Abraham, junto con valiosos presentes. Abraham oró por Avimelej y D-s curó a éste y a los miembros de su familia de la enfermedad que habían contraído.
Transcurrió un año y Hashem recordó a Sara, tal como había prometido. Ella dio a luz a un niño, al que Abraham llamó Itzjak, y lo hicieron circuncidar a los ocho días, tal como D-s le había ordenado. A medida que su hijo crecía, Sara sentía que Ishmael podía ejercer una influencia perniciosa sobre él, razón por la cual pidió a Abraham que alejara a Hagar e Ishmael. Abraham se sintió apenado por este pedido, pero Hashem se le apareció y le dijo que debía seguir el consejo de Sará. También le prometió que Ishmael sería padre de una gran nación. Abraham le dio a Hagar pan y agua y la alejó de su casa junto con Ishamel. La mujer y su hijo deambularon durante días por el desierto. Cuando parecía que se iban a morir de sed, apareció un malaj de Hashem y mostró milagrosamente a Hagar dnde había agua, dándole seguridades acercxa del futuro de su hijo. Ishamel creció en el desierto de Parán, donde se casó con una mujer egipcia.
Abraham fue un verdadero sercidor de Hashem. En el curso de su vida, d-s lo había sometido a nueve pruebas defíciles para comprobar su lealtad. Abraham siempre había pasado con éxito esas pruebas; su sincera fidelidad y devoción a D-s le había permitido sortear todas las trampas puestas en su camino. Empero, la prueba número diez había sido la más difícil de todas. hashem ordenó a Abraham que tomara su único hijo, al que amaba tanto, el hijo de su vejez, Itzjak y lo ofrendara en sacrificio en una de las montañas de Moriá.
Abraham no titubeó ni por un instante. A la mañana siguiente se levantó temprano, hizo los arreglos necesarios, tomó a su hijo y partió hacia el lugar que le sería revelado por D-s. Al tercer día llegó a la montaña señalada. Abraham construyó el mizbeaj (altar), dispuso la madera y ató las manos y los pies de Itzjak. Luego lo ubicó en el mizbéaj, sobre la madera, y alzó el cuchillo dispuesto a sacrificar a su hijo, cuando repentinamente se oyó la voz celestial de un malaj exclamar "¡Abraham, Abraham!", e indicarle que no tocara ni hiciera daño a Itzjak. Ahora era evidente , a todas luces, que Abraham era verdaderamente temeroso de D-s y no había necesidad de sacrificar a Itzjak. Abraham encontró un carnero cuyo cuernos se habían enredado entre los arbustos, y lo sacrificó en lugar de Itzjak Hashem le prometió que por zejut (mérito) de us gran acción El lo bendeciría, sus hijos serían numerosos y sus descendientes heredarían las ciudades de sus enemigos.


Vaierá «La voz que escuchó Abraham»
Rav Jaim Zukerwar

« En un mundo en el que el sacrificio humano sigue siendo parte de las «prácticas espirituales», es imperioso que todos los que se dicen hijos de Abraham escuchen la misma voz que él escuchó diciéndole: No extiendas tu mano contra el niño y no le hagas na
Cuando experimentamos plenitud no diferenciamos entre ésta y el deseo de recibirla, los percibimos como uno. En cambio, la falta de plenitud provoca inmediatamente que surja el deseo. Ambos aspectos tienen su origen en el Kadósh Barúj Hú, sólo que "allí" se encuentran en estado de unidad, más allá de la dualidad Creador-Creación, conocedor-conocido, masculino-femenino, etc. Previo a la Creación la plenitud llena al deseo lo cual impide la manifestación de la voluntad de recibir, de esa forma el alma no puede tomar conciencia de todo su potencial, ya que recibe pasivamente. El acto de la Creación genera que el deseo de recibir se vacíe de Su plenitud, y posteriormente, en forma gradual, la recupere a través de su propia voluntad. Este proceso es lo denominado libre albedrío, a través del cual el alma logra restaurar la conciencia de la unidad deseo-plenitud, tal como lo expresa el profeta "En ese día El y Su nombre serán Uno (Zejaria 14:9). La Creación es el desafío en recuperar el estado de Plenitud Infinita. La Torá nos hace tomar conciencia de la forma en que debemos asumirlo y concretizarlo, ya que nos enseña a discernir entre lo esencial y lo superfluo para que los esfuerzos humanos no se desvíen del objetivo por el cual la humanidad fue creada.Situaciones límiteCuando atravesamos una situación límite descubrimos "de repente" que poseemos un potencial desconocido que normalmente nunca hubiéramos activado, y que ocurren "milagros", revelamos fuerzas fuera de lo común. La Creación misma es una situación límite para el alma: el vacío de plenitud. La vida nos enfrenta permanentemente a desafíos que nos hacen crecer y tomar conciencia de nuestra esencia y potencial. Abraham Avinu enfrentó y superó diez desafíos, su vida tuvo un único objetivo revelar el potencial humano en pos de su esencia. Abraham Avinu, el primer hebreo, reveló para la humanidad como trascender la mecanicidad egoísta del deseo, enseñando a través de cada acto de su vida como alcanzar lo increado y eterno, el altruismo que unifica a todo y a todos.Orden y caos dos formas de percibir la realidadSin elección no hay desarrollo. La "tensión" generada por el propio esfuerzo en pos de la superación crea el "espacio" que posibilita el discernimiento que expande nuestra percepción de la realidad. Ese "espacio" es la conciencia que cada ser humano posee de la dimensión espiritual de la Creación. La Torá nos dice que Elokím puso a prueba a Abraham, "HaElokim nisa et Abraham (Bereshit-Génesis 22:1)". Elokím es uno de los diez nombres que la Torá utiliza para designar una de las formas en que la Energía Infinita es aprehendida por los seres humanos. El libre albedrío nos da la posibilidad de aprender, y siendo que el conflicto y la elección son necesarias en todo proceso educativo, podemos relacionarnos con Su energía, en este caso Elokim, como la generadora de multiplicidad y caos -En el principio creó Elokím los cielos y la tierra, y la tierra estaba caótica- o, como la generadora de un orden con un plan y un objetivo preciso -como el descrito a partir de Bereshit-Génesis 1:4-. Cuando un arquitecto construye un edificio lo primero que debe hacer es preparar el terreno perforando y cavando. Ante la percepción de una persona que desconoce ese propósito y la forma de implementarlo, esta etapa necesaria y preparatoria, será percibida como caótica. Esa persona pensará que los trabajadores están simplemente destruyendo el paisaje. La realidad del Kadósh Barúj Hú es la Plenitud Infinita, pero para que los creados puedan acceder a ella manifestó la Creación, a través de la cual el alma alcanza gradualmente Su realidad. Es similar al estudiante que avanza de grado en grado hasta alcanzar el conocimiento que sus maestros ya poseen. El ritmo y el modo en que se desarrolla este aprendizaje depende, en primer lugar, de la forma en que percibimos la realidad: 1. Justificando nuestros instintos, deseos y debilidades 2. Discerniendo en base a Principios Universales y objetivos la consecuencia de nuestros actos. El aspecto 1. limita la realidad al ego, imposibilitándonos expandir nuestra realidad más allá de lo inmediato. En cambio, el esfuerzo en prever la consecuencia de cada uno de nuestros actos en pro del bien colectivo, aspecto 2., nos des-cubre el orden a través del cual el mundo fue creado.La décima prueba de AbrahamEl episodio denominado erróneamente "el sacrificio de Itzják" Akedát Itzják- La ligadura de Izják es el décimo desafío que Abraham supera para conformar una nueva tendencia en la historia humana: el altruismo como forma de vida y medio para el desarrollo espiritual. Este proceso no se logra acumulando información o conocimiento, como lo hace un investigador científico, sino que Abraham supera en cada desafío otra índole del egoísmo humano alcanzando un estado de ser superior para transformarse así en un modelo para las futuras generaciones. Esta cadena continuará a través de su hijo Itzják, su nieto Iaacov, permaneciendo intacta y actual hasta el presente. Para comprender en profundidad los desafíos que atravesó Abraham y principalmente el décimo, Akedát Itzják, la Kabalá nos enseña que los Patriarcas así como los Profetas y los verdaderos Sabios de Israel reproducen en sus vidas, como el átomo al universo, el anhelo humano en pos de su armonía.Analogía espiritual Nos explica Rabí Moshé Jaím Luzzatto, conocido como el Ramajal, que lo primero que debemos saber es que tanto en la Creación del mundo como en su conducción el Kadósh Barúj Hú no manifiesta su Energía Infinita sino que actúa como los seres humanos, que hacen las cosas gradualmente. Si aplicase todo su poder no podríamos captar ninguna de sus acciones, mientras que el accionar gradual nos permite captarlas. Ello es a lo que se refiere el libro Etz Jaím al expresar que "El Infinito contrajo Su luz", o sea que no actuó con toda su potencialidad en la Creación sino en forma medida. La Energía Infinita puede revelarse de dos formas: manifestando todo su potencial o, gradualmente. El Kadósh Baúj Hú creó el mundo mediante la medida, entonces graduó su potencial infinito lo cual generó etapas y medidas con sus detalles que son lo que nosotros podemos comprender. En el lenguaje de la Kabalá, también denominada la Sabiduría de la Verdad, a Todo su Potencial lo denominamos Infinito-EinSof que es la Voluntad Superior. A las gradaciones las llamamos sefirót. EinSof contrajo Su Luz y así se revelaron las sefirót. La Sabiduría de la Kabalá se transmite en el lenguaje de las sefirót con sus respectivos niveles o gradaciones. Toda acción en el plano inferior tiene su raíz u origen en lo superior mediante la graduación sefirótica, por lo que cuando comprendemos cabalmente el desarrollo y concatenación de las sefirót podemos entender cuál es el origen de todas las creaturas y sus conductas. El Infinito-Ein Sof no lo podemos alcanzar directamente mediante el pensamiento ni la profecía. Pero, por medio de la gradación o sefirót podemos aprehenderlo con el entendimiento y la visión profética.Akedát Itzják- la Ligadura de ItzjákAsí como en los procesos de la naturaleza cuando des-cubrimos una ley accedemos a un código que nos permite definir y reproducir un fenómeno, así en los mundos espirituales rigen principios que generan causas y consecuencias que ordenan la realidad en forma precisa. El desafío de la Akedát Itzják- la Ligadura de Izják manifiesta en la realidad material sensorial lo que sucede en el ámbito de la realidad espiritual denominado Olám haAkudim-Mundo de las Ligaduras (uno de los mundos incluidos en Adám Kadmón). "Allí" las sefirót, o sea las gradaciones, se encuentran ligadas o relacionadas sin poder manifestar sus características específicas. Es un plano sutil "donde" la conciencia simple no puede acceder, sólo las almas que poseen una poderosa fuerza de voluntad, como Abraham Avinu, logran discernir "allí" los grados de la Luz Infinita. Abraham representa la sefirá Jésed, el arquetipo del altruismo, la bondad con sabiduría, la energía que sostiene a todos los procesos creativos tanto materiales como espirituales. Todo proceso creativo, toda iniciativa es generada por Jésed: una poderosa fuerza de voluntad en la entrega. Itzják, su hijo, representa a la sefirá Guevurá, el arquetipo de la voluntad de superación, el coraje que logra implementar el Jésed. En su origen, en los mundos espirituales, Itzják esta ligado a Abraham, como Guevurá-superación, coraje está ligado a Jésed-bondad, voluntad en la entrega. Al igual que sin padres no puede haber hijos sin Jésed no puede revelarse Guevurá, ese es el orden superior. Pero, en nuestra realidad, luego que Jésed y Guevurá atraviesan el estado de caos creativo -En el principio creó Elokím los cielos y la tierra, y la tierra estaba caótica- para manifestarse en la realidad material-sensorial, Jésed y Guevurá son percibidas desligadas del orden superior y por ende la valentía y el coraje en lugar de ser parte del desafío para alcanzar la forma superior: el altruismo, pueden ser utilizados para el egoísmo. En nuestra realidad Jésed y Guevurá se desligan de su estado arquetípico permitiéndonos captarlas como independientes sin ninguna relación esencial. Akedát Itzják-la Ligadura de Izják representa la acción que reintegra Guevurá-el coraje, la superación manifestada por Itzják al Jésed-la bondad superior expresada por Abraham, religando la percepción caótica y egoísta humana a la arquetípica divina.La misma voz que le habló a AbrahamEn un mundo en el que el sacrificio humano sigue siendo parte de las "prácticas espirituales", peor aun que en la época de Abraham e Itzják, hoy padres sacrifican orgullosos a sus hijos enviándolos al asesinato suicida, es imperioso que todos los que se dicen hijos de Abraham escuchen la misma voz que él escuchó diciéndole: Abraham, Abraham, y él respondió: héme aquí. Y Le dijo: No extiendas tu mano contra el niño y no le hagas nada… ya que a través tuyo y de tus descendientes la humanidad heredará el orden para alcanzar el objetivo para el cual los seres humanos fueron creados. Abraham e Itzják logran unificar bondad, sabiduría y coraje, instaurando así un modelo a seguir para las futuras generaciones en donde cada ser humano es valorizado como una pieza insustituible y sagrada para el logro de la armonía universal. Ellos nos enseñaron que la valentía consiste en el desafío de vivir una vida sabia y bondadosa amando al prójimo como a sí mismo, no sólo en teoría, sino a través de actos concretos: mitzvót. Y que los sacrificios que realizamos deben tener un único objetivo: lograr un mundo mejor como medio para alcanzar nuestra verdadera Esencia y Origen, pero valorizando lo sagrado que El nos dio como medio para alcanzarLo: la Vida. Lejaim!!!
Vea mas detalles en mi Pag. http://isaacchocron.batcave.net




sábado, noviembre 04, 2006

Parasha Lej Leja


Parashá Lej Leja
Resumen de la Parashá
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)


A Abram le llegó el llamado divino para que abandonara Jarán y se encaminara a otra tierra que Hashem le indicaría. El patriarca se dirigió a Canaán (Eretz Israel), llevando consigo a su esposa Sarai, su sobrino Lot, y todas sus posesiones. También llevó a los mucho seguidores a quienes él y Sarai habían logrado acercar a los caminos de Hashem y de Su Torá. Los viajeros llegaron a la tierra de Canaan y continuaron hasta la ciudad de Shjem, donde D-s se le apareció a Abram en una visión y afirmó Su promesa de que algún día la tierra de Canaan pertenecería a sus descendientes. Abram construyó un mizbéaj (altar) en acción de gracias a Hashem por esas noticias felices.
Una terrible hambruna desatada en Canaan, impulsó a Abram a permanecer temporalmente en Egipto. Temiendo que los egipcios se sintieran atraídos por su esposa Sarai y lo asesinaran para apoderarse de ella , al acercarse a la tierra de Egipto le pidió que les dijera que era su hermana. Cuando arribaron a ese pais la belleza de Sarai despertó gran admiración y fue llevada al palacio de Paró (faraón). De inmediato, Abram fue colmado de regalos de rebaños y sirvientes. Sin embargo, cuando Paró y su familia fueron castigados con misteriosas enfermedades, éste sintió que algo andaba mal. Supo que Sarai era, en realidad, esposa de Abram, y que su secuestro había causado este castigo. Paró pidió a Abram que abandonara Egipto junto con su familia y sus bienes, y Abram así lo hizo.
Con su esposa y las nuevas posesiones que había obtenido regresó a la ciudad de Bet-El, en Canaan. Puesto que Abram y Lot se habían hecho muy ricos y dueños de grandes rebaños, no había suficientes pasturas para los ganados de ambos y surgieron disputas entre los pastores. Para evitar el conflicto, Abram sugirió que él y Lot se separaran y ofreció a su sobrino que eligiera primero la tierra en la cual quería asentarse. Lot eligió la planicie del Jordán, fértil y bien irrigada, y levantó sus tiendas hasta la ciudad de Sdom, de mala fama por la perversidad de sus habitantes. Abram se estableció en la llanuras de Mamre, cerca de Jevrón y nuevamente recibió la promesa de D-s de que algún día sus descendientes poseerían esa tierra.
En esa época, cinco gobernantes del sur de Canaán, incluyendo los reyes de Sedom y Amorá, se hallaban comprometidos en una revuelta contra Kedarlaomer, rey de Elam, a quien le habían pagado tributos durante doce años. Kedarlaomer buscó la ayuda de tres de los gobernantes vecinos. La revuelta se conviertió en una batalla en la que triunfaron Kedarlaomer y sus aliados. Estos obtuvieron un botín consistente en todas las posesiones de Sedom y Amorá. Además sometieron a cautiverio a gran parte del pueblo. Entre los cautivos se encontraba Lot. Al conocer la situación de su sobrino, Abram condujó a sus familiares y servidores, y presentó batalla contra las fuerzas victoriosas, las derrotó y rescató a Lot y sus posesiones, como así también al resto de los habitantes de Sedom y todos sus bienes. El rey de esta ciudad salió a saludar a Abram luego de su victoria y le ofreció todas las posesiones que había rescatado de Kedarlaomer, como recompensa pro haber liberado a los cautivos. Abram, empero, rehusó cualquier tipo de retribución por sus esfuerzos.
A pesar de toda su buena fortuna, Abram se sentía triste por el hecho de no tener, aún, un hijo y heredero. Entonces, Hashem, le indicó que mirara el cielo y contara las estrellas. "Ciertamente , no puedes contarlas", dijo D-s, "pues así de numerosos serán tus hijos". Luego le hizo saber que lo había sacado de la tierra de Ur Casdim para entregarle esta tierra como posesión que heredarían sus descendientes. Abram preguntó: "¿Cómo sabré que poseo esta tierra?" Y Hashem selló, entonces, un pacto con él, conocido como Brit bein habetarim (pacto en las mitades). D-s le informó luego que sus descendientes serían esclavizados temporalmente en tierra extraña, pero que saldrían de ella con gran riqueza.
Como no tenía hijos, Sarai sugirió a Abram que tomara a su sierva hagar como segunda esposa. Cuando Hagar advirtió que estaba encinta le perdió el respeto a Sarai. Esta se sintió muy molesta y se quejó a Abram. el patriarca devolvió a Sarai su autoridad sobre hagar. Después, Sarai tuvo que lidiar duramente con la sierva, que terminó huyendo. Un angel de Hashem apareció ante Hagar y le dijo que regresara, prometiéndole que el hijo que tendría , Ishmael, sería el fundador de una gran Nación. Cuando Abram llegó a la edad de noventa y nueve años Hashem renovó Su pacto con él y cambió Su nombre por el de Abraham, que significa "padre de una multitud de naciones". Luego le ordenó que se circuncidara, junto con todos los demás varones de su casa. Desde entonces, todo niño varón judío que nace debe ser circuncidado a los ocho días de edad. Este ha sido el signo del pacto entre D-s y Abraham y sus descendientes. Hashem dijo tambíen a Abraham que a partir de entonces Sarai sería conocida como Sará, que significa "princesa". Abraham cumplió prestametne la gran mitzvá del Brit milá (circunsición) en Ishmael y todos los varones de su casa, y luego se circuncidó él mismo. Todo esto fue realizado por Abraham a la luz del día, sin importarle lo que los demás podrían decir o hacer.

Avraham – la raíz de la nación
Rav Shlomó Aviner (Tal Jermon – Torá. Pág. 34-37)

Nuestro patriarca Avraham es la raíz de Israel – que es definido como un pueblo. Su innovación – es ser la raíz de un pueblo, y no el ser un tzadik (justo). Hubo personas justas en la humanidad que lo antecedieron, y también posteriores a él. Por ejemplo, “Noaj era hombre justo en su generación” (Bereshit 6:9). Janoj, Shem y Ever – todos ellos eran personas justas. Personas individuales justas, hay en todo el mundo: La innovación con la elección Divina de Avraham, es que ahora se está por comenzar a formar un pueblo justo. Un gran pueblo, en el plano de su nivel espiritual.
Nuestro patriarca Avraham es un “padre de muchos pueblos” (Bereshit 17:5). Es decir, es responsable de toda la humanidad. Esa responsabilidad se expresa en la práctica en forma notoria en el episodio de la destrucción de Sdom: D’s le comunica que pretende destruir a Sdom, y Avraham siente que se trata de algo que le incumbe, porque él es “padre de muchos pueblos”. Por ello, él se dispone a protegerlos. Esa responsabilidad universal surge en él porque es la raíz de Am Israel (el Pueblo de Israel). Es decir, su responsabilidad para con las naciones, de dirigirlas, de conducirlas a la salvación, salvarlas de sus problemas espirituales y materiales – es por tratarse del patriarca de la Nación de Israel. Y sólo de esa forma serán bendecidas todas las familias de la tierra.
Hay pensadores judíos que arguyeron que nuestro destino es ser “una luz para los pueblos”, y eso se logrará justamente a través de nuestra dispersión entre ellos. Viviendo entre ellos podremos influir y lograremos la difusión de la moral del Tanaj (La Biblia) dentro de ellos. Y se apoyan en el versículo del profeta: “Te pondré como el pueblo de Mi pacto, por luz de las naciones” (Ishaya 42:6). Pero eso es un error, no es esa la intención del profeta. No seremos una luz para los pueblos actuando como individuos particulares dispersados en Preshburg, Johanesburg o Williamsburg. No!. Somos una luz para las naciones, como pueblo. Por supuesto, cuando estuvimos diseminados en la galut (el exilio) – a pesar nuestro, y para nuestra desdicha – hicimos lo que podíamos hacer, y en efecto, nuestra influencia fue notoria en todo lugar donde habitamos. Pero no es esa la meta. Nuestra meta – es alumbrar a las naciones viviendo como un pueblo en nuestra tierra…
La pregunta, es por qué es necesario justamente un pueblo para ayudar a la humanidad?. Por qué debe ser elegido un pueblo entero – incluyendo también a los malvados dentro de él – para ser una bendición para la humanidad?. A primera vista, se puede pensar en una idea más exitosa: Formar una Alianza Internacional de Idealistas – compuesta por nuestro patriarca Avraham y todas las personas buenas y rectas de todo pueblo – y juntos, harán obras de bien para toda la humanidad. También hoy en día es posible formar una alianza de ese tipo. Semejante organización puede tener mucha influencia. Hoy en día existen firmas internacionales, con sucursales y fábricas en muchos lugares, cuya influencia a veces es mayor que la de los países. Incluso hubo episodios políticos que fueron decididos por la intervención de firmas de ese tipo!. Entonces, formaremos una organización internacional de ese tipo, cuyo cometido será hacer avanzar al mundo en el plano moral!. Seguramente entre las personas idealistas habrá también ricos y personas influyentes, y con la ayuda de las fuerzas conjuntas actuarán para corregir a la humanidad.
Pero D’s no aceptó esa idea. Por qué?. Porque no es gran cosa que haya personas buenas y rectas, cuando cada uno se encierra en su torre de marfil. Lo que es realmente grandioso, es formar un pueblo justo. Un pueblo que actúa como tal, que se ocupa de la industria, de la agricultura y del comercio, que está compuesto por individuos que pertenecen a las capas más elevadas de la intelectualidad, hasta los proletarios más bajos, pasando por todos los niveles intermedios. Esa es la tarea en la que debemos triunfar (Orot, Pág. 104). Una nación recta – eso es lo más difícil, y esa es también la Santificación del Nombre de D’s más elevada. Que haya una persona individual justa – que se desconecta de la sociedad y de la historia – es también una tarea respetable, y nada fácil. Pero no es la Santificación más elevada de Su Nombre, como cuando un pueblo entero, un público entero se dirige a la luz de los ideales Divinos. En efecto, es mucho más complejo, pero esa es la tarea.
Esa es la innovación cuando D’s le habla a nuestro patriarca Avraham. Hasta Avraham, ese tema no había sido tratado. D’s se dirigió a los individuos particulares a través de los Siete Preceptos de los Hijos de Noaj – un llamado a cada uno, para que viva en forma moral. Ahora, con la aparición de Avraham, llega una nueva era para el mundo: Avraham tiene las facultades para comenzar una etapa nueva en la historia. No es por azar, D’s le otorgó esas facultades, y le dice: “Y haré de ti una gran nación” (Bereshit 12:2) – tú eres la raíz de una gran nación, que saldrá de tu simiente.
Toda la humanidad se ordena según marcos de pueblos. Por ello, hay que santificar los marcos de vida nacionales, y no sólo la vida de los individuos particulares – ya que vivimos como pueblos. Es cierto que al principio de su camino la humanidad se componía de familias y tribus, pero a través de cierto proceso evolutivo – que es descrito en Parashat Noaj – se formaron los pueblos. No surgieron todos los pueblos en un mismo momento: Hay pueblos que sólo se consolidaron en las últimas generaciones, como Italia, o Alemania – cuyos pueblos que los compusieron se unieron no hace mucho tiempo. Pero de todas formas, la existencia humana en el mundo es en marcos nacionales, y nosotros no desatendemos la correcta consolidación de la vida nacional. De acuerdo a ello, D’s le dice a Avraham: “Y haré de ti una gran nación”, un gran pueblo. Y la formación de la Nación de Israel será una gran bendición para todo el mundo.
Deseas conocer mas sobre el Judaismo de Una manera Contempranea--> www.isaacchocron.tk



sábado, octubre 28, 2006

Parashat Noaj

Parashá Nóaj - NóajLibro Bereshit / Génesis (6:9 a 11:32)
Resumen de la Parashá

La parashá de esta semana nos relata sobre la personalidad de Nóaj, quien era un hombre justo, un tzadik, dentro de una generación de malvados.
El Todopoderoso observó que el mundo estaba inmerso en un estado de gran perversidad y por ello decidió destruir a todos sus habitantes, excepto Nóaj (el único hombre recto de su generación) y su familia, y la destrucción la llevaría a cabo mediante un diluvio. Así el Eterno le informó a Nóaj y le ordenó construir un arca de tres pisos, donde él y su familia habitarían durante el tiempo que durara el diluvio.
Nóaj hizo caso a las instrucciones de Hashem, construyendo el arca y al finalizarla su mujer y sus hijos Shem, Jam y Iafet y sus respectivas esposas, entraron al arca. Junto a ellos, Nóaj llevó siete parejas de las diferentes especies de animales y aves. Asimismo, almacenaron alimentos para todos, suficientes para el tiempo en que habitarían en el arca. El día 17 del segundo mes comenzaron a caer poderosas lluvias sobre el Mundo y también surgieron aguas desde el interior de la Tierra, arrasando todo lo existente sobre su faz, como a todos los seres vivientes, ahogándolos. Las aguas cubrieron toda la tierra, incluso las cimas de las más altas montañas Este diluvio duró cuarenta días. Luego de transcurridos seis meses, las aguas descendieron y el arca quedó asentada sobre el monte Ararat. Después de otros tres meses, Nóaj envió a un cuervo para que comprobara si la tierra estaba seca. El cuervo voló de un lado a otro y las aguas no habían descendido. Pasado siete días, Nóaj envió una paloma y ésta volvió al no encontrar lugar seco donde posar. Siete días más tarde volvió a enviarla y ésta volvió con una hoja de olivo, lo que indicó que las aguas estaban bajando. Al cabo de otros siete días, Nóaj nuevamente envió a la paloma, y en esta oportunidad no volvió, lo que señaló que la tierra había comenzado a secarse.
Entonces, el Eterno indicó a Nóaj salir del arca con su familia y todos los animales y aves. Nóaj ofrece sacrificios al Todopoderoso usando los animales del Arca que tenía reservados con ese propósito. Hashem prometió no volver a destruir el mundo por medio de un diluvio, signándolo como pacto por medio del arco iris.
A Nóaj se le permite comer carne, cosa prohibida para Adam. Hashem nos da las siete leyes universales, las llamadas Leyes de Nóaj que son:
  1. Creer en Hashem.
  2. No matar.
  3. La prohibición de adorar ídolos.
  4. Las distintas categorías de relaciones sexuales prohibidas.
  5. No comer carne de un animal vivo.
  6. La obligación de instituir un Código Legal.
  7. No robar.

El clima cambia y es establecido tal como lo conocemos hoy en día. Nóaj planta una viña y se embriaga con su producto, Jam ,uno de sus hijos se ríe al ver el estado en el que se encuentra su padre, desnudo y borracho, sin embargo, Shem y Iafet sus otros hijos, le tapan y le dan la espalda para no verle desnudo y así no faltarle al respeto. A causa de este incidente cae sobre Jam la maldición de que sus hijos serán esclavos para siempre.
Nuevamente fue creciendo la humanidad y también volvieron las conductas perversas. Las diferentes naciones que formaban parte de la Tierra hablaban un solo idioma, y decidieron construir una ciudad con una torre que llegaría hasta el cielo para también habitar allí, y llamaron a la ciudad Babel. Pero el Todopoderoso, ante esa actitud de la gente, los confundió mezclándoles los idiomas.
Después de la generación de Nóaj, le sucedieron diez generaciones hasta Abraham, quien entendió que Hashem era único, y así despreció todo tipo de idolatría.

Nóaj - El arco iris
por Rav Pynchas Brener


Nóaj representa una segunda oportunidad para el ser humano. Después de diez generaciones, a partir de la época de Adam y Javá, Dios decide destruir la Humanidad, empezar de nuevo y poblar la tierra con la simiente de Nóaj. Esta decisión se debió al comportamiento inmoral del hombre que violó las leyes que el primer hombre había recibido. De acuerdo con la tradición judía, Dios le había encomendado seis normas básicas de conducta a la Humanidad a través de Adam, pero su descendencia se apartó rápidamente del cumplimiento de las mismas. El libertinaje se impuso, fueron violadas las leyes fundamentales contra el incesto y se irrespetó la propiedad ajena.
Dios seleccionó a Nóaj porque no se había contagiado del comportamiento de sus contemporáneos y demostró que era posible atenerse a una conducta diferente y ser fiel a la enseñanza de sus ancestros. Aunque la Torá califica a Nóaj como un “Ish Tsadik”, “un hombre justo”, algunos expositores consideran que esa apelación es relativa. Era justo cuando se le comparaba con sus congéneres de la época, pero de haber vivido en la generación del patriarca Abraham, no hubiera recibido el mismo reconocimiento.
Dios decidió eliminar la Humanidad a través de un diluvio. Llovería sostenidamente durante muchísimos días, e incluso brotarían las aguas desde el interior del globo. La superficie de la tierra quedaría inundada y solamente los peces sobrevivirían el desastre. Para asegurar la continuidad del ser humano y del mundo animal, Dios le ordenó a Nóaj que construyese un arca de dimensiones considerables para albergar allí una pareja de cada especie, con lo que se podría poblar nuevamente la tierra. De algunos animales logró reunir siete parejas. La Torá especifica las dimensiones del arca, que era aproximadamente de unos ciento ochenta metros de largo, treinta metros de ancho y dieciocho metros de alto. Una embarcación enorme para la época. No obstante, Rambán cuestiona estas dimensiones y sugiere que eran totalmente inadecuadas para dar albergue a ejemplares de cada uno de los animales y aves. Especialmente cuando se considera que también era necesario cargar suficientes alimentos para un año, las dimensiones del arca resultan insuficientes. ¿Qué hizo Nóaj para incluir ejemplares de cada una de las especies? Según Rambán, todo se debió a un milagro. Maravillosamente, el arca pudo incluir todos estos animales.

Rambán continúa planteando: si era necesario un milagro, ¿para qué se construyó una nave tan grande? Cualquier lancha habría sido suficiente, ya que todo dependía de un evento sobrenatural. Responde Rambán que las dimensiones del arca tenían el propósito de atraer la curiosidad de la gente que constantemente indagaba por qué se estaba construyendo. De esa manera, Nóaj podría prevenir a todos sobre el propósito Divino de destruir el mundo, a menos que los hombres y las mujeres alterasen su conducta inmoral. De acuerdo con el Midrash, Nóaj tardó ciento veinte años en la construcción, tiempo suficiente para que cada ser humano pueda percatarse del peligro que acechaba por el incumplimiento de las leyes que Adam había recibido.
El diluvio ocurrió porque la Humanidad no respondió a las advertencias de Nóaj. Rambán cuestiona: ¿por qué fue así? ¿Por qué no respondió la gente a las exhortaciones de este Tsadik? Rambán sugiere que la actitud de la gente fue consecuencia de la falta de convencimiento de Nóaj. De acuerdo con Rambán, Nóaj no creía que la gente reaccionaría a sus advertencias; por lo tanto, su planteamiento no fue efectivo. De antemano pensó que sus intentos eran vanos. La falta de confianza de Nóaj en la posibilidad de Teshuvá, su noción fatalista acerca de la imposibilidad de cambio en el comportamiento humano, fue un factor que condujo al desastre. De acuerdo con una interpretación de Rabí Meir Shapira, fundador de la Yeshivá Jajmei Lublin, el arco iris que apareció en los cielos después del diluvio como señal —un B’rit— de que Dios nunca repetiría un diluvio para exterminar a la Humanidad, era también un mensaje dirigido a Nóaj. El arco iris aparece muchas veces después de una tormenta, cuando las nubes se interponen entre el sol y la superficie de la tierra y desatan su furia a través de truenos y relámpagos. El arco iris es una demostración de que, incluso en los momentos de mayor oscuridad diurna, existe la posibilidad de que los rayos del sol penetren las nubes para que el cielo se vea iluminado y a todo color. El arco iris fue una señal para Nóaj y su descendencia. Tal como la naturaleza puede cambiar de la oscuridad a la luz, no se debe menospreciar la capacidad del ser humano para regenerarse, para enrumbarse en un proceso de Teshuvá, para el retorno a las raíces éticas que el judaísmo predica. La luz del estudio y la espiritualidad puede penetrar y eliminar los nubarrones de intolerancia y agresividad, resultado de la ignorancia y la adulteración de los valores.

Parashat Bereshit

BERESHIT BARA...
por Rav Daniel Oppenheimer


Comenzar a leer la Torá nuevamente, habiéndolo hecho igual en años anteriores, no supone un simple repaso de algo que ya sabemos, sino que constituye un nuevo desafío: superar en conocimiento y profundidad todo aquello que ya alcanzamos en los estudios previos. La Torá empieza narrando la Creación del mundo. El vocablo mismo “Bri’á”, significa “La Creación” - refiriéndose a que el Todopoderoso creó el mundo a partir de la nada absoluta: “Iesh me’Ain” (ex-nihilo). Incluso los elementos primarios como el tiempo y el espacio también fueron creados por D”s. Nosotros no podemos intuir empíricamente la inexistencia total, pues vivimos precisamente dentro de una existencia tridimensional finita (que por supuesto incluye al tiempo y al espacio). En nuestras plegarias matutinas decimos que la creación no fue un evento único del pasado, sino que es un fenómeno continuo, es decir, que el mundo se mantiene y sigue existiendo consecutivamente a partir de Su voluntad, tal como expresa el pasaje “Quien concibe (en tiempo presente) las grandes luminarias” (Tehilim 136:7). El R. Sh.R. Hrsch sz”l (Bereshit 1:4) entiende que este concepto está implicado en la palabra “tov”, que habitualmente se traduce como “bien”, pero que en el contexto de la creación de D”s, enseña que cada parte de la creación se conserva mientras cumpla su rol de acuerdo a la determinación del Todopoderoso. A diferencia de la industria humana, en la que lo engendrado por la persona, lo sobrevive y se torna independiente de su autor, cada partícula de la Creación existe gracias a que desempeña su función específica.El hecho mismo que la Torá comienza con su primera aserción respecto a que el mundo en el que vivimos fue creado, tiene numerosas ilaciones en nuestra creencia, en nuestras actitudes éticas, y en la práctica diaria. Este postulado básico es anterior a nuestra vida, y precisamente por las consecuencias que acarrea, fue y sigue siendo cuestionado por gran parte de los humanos. Obviamente, este breve fascículo no puede abarcar semejante cuestión, pero sí amerita un acercamiento para poder luego profundizar más.¿Cómo sabemos que hay un Creador?Sobre el tema hay mucho escrito. Sabemos que la captación física de D”s es imposible, y la Torá así lo manifiesta (Shmot 33:20).En diferentes textos se podrá encontrar aproximaciones al reconocimiento de D”s por vías del diseño que divisamos en el universo en su dimensión total o en sus pequeñas finezas, y también reconociendo las maravillas de la Creación y conmovernos con su belleza - como dice el Ramba”m (Hil. Iesodei HaTorá 2:2). Asimismo: “Todos los elementos naturales cantan la gloria del Creador” (Tehilim 19:2). “¡Cuán considerables son tus obras, D”s, todas las haz elaborado con sabiduría, la tierra está colmada de Tus posesiones!” (Tehilim 104:24). Uno de los comentaristas explicó la parte final de esta cita del siguiente modo: “la tierra (con sus infinitas magnificencias) está atestada de medios por los cuales se puede acceder al conocimiento del Creador”.A esto se le suman muchas exposiciones de orden filosófico y otras. (Recomendamos la lectura del libro “Libertad para creer”, recientemente traducido al español sobre el tema). Nosotros, los judíos, recibimos el saber de la existencia del Creador por medio de nuestros padres, quienes a su vez, lo han absorbido desde pequeños de sus propios padres, y así - colectivamente, generación tras generación - de los hebreos que han estado de pie al pie del Monte Sinaí y experimentaron en carne propia la vivencia certera de estar escuchando Su Voz. (Si hoy hay quienes no recibieron este ineludible legado directamente de sus padres biológicos, esto se debe a la confusión que trajo al mundo la emancipación de los judíos europeos a comienzo del siglo XIX, el posterior “iluminismo” a fin de aquel siglo, la emigración a comienzos del siglo XX, y reemplazado en última instancia por el materialismo prevaleciente de las últimas décadas. Todos estos fenómenos dejaron obnubilados a quienes fueron creciendo en estos procesos).Habitualmente la gente cree que la Emuná requiere una suerte de creencia misteriosa. Hay un atractivo reverencial generalizado a todo lo que parezca esotérico, oculto, misterioso, enigmático. No nos debemos dejar llevar por estas tendencias. Ramba”m (Iesodei haTorá 8:1) nos dice que “los judíos no ‘creyeron’ por fuerza de los milagros que presenciaron, pues aquel que así lo hace, no puede sino permanecer con cierto grado de escepticismo en su corazón” (por si se tratase de alguna clase de brujería). En cambio, todas las maravillas realizadas por D”s a través de Moshé, ocurrieron por la necesidad del momento y no fueron llevadas a la práctica para demostrar que existe la profecía.Quien lee la Torá sabe que no hay lugar para suponer que nuestros antepasados aceptaron ingenuamente lo que se les decía sin cuestionar. La verdad es claramente la contraria: los hebreos se quejaron por todo aquello que les resultaba dificultoso (la Torá nos dice que fueron sancionados por el modo de pedir las cosas, o por no estar a la altura de lo que vivenciaban y presenciaban en el desierto). Es más: D”s insiste en que se estudie y analice todo. En el Talmud esto se expresa explicando el porqué la tierra de Israel quedó desolada, y D”s responde: “Porque abandonaron mi Torá que he puesto ante ellos (Irmiahu 9:11-12). Dijo R. Shimón bar Iojai: “Si has visto las ciudades de Israel yermas, esto se debe a que no han contratado a escribas y maestros de Torá”. La honestidad intelectual de los Sabios de todas las épocas es legendaria. En Eduiot (5:7) estudiamos que Akavia ben Mahalalel disentía con el resto de los Sabios de su época en cuatro temas. Akavia mantenía su posición frente a la de los demás debido a que era la que él había escuchado de parte de la mayoría de sus maestros en sus años de estudio. De acuerdo a la regla de la Torá, pues, siguió a la mayoría de la cual había aprendido Torá. En su época, quedó vacante la posición de jefe del Bet Dín, sin duda un cargo de jerarquía en el cuerpo legislativo del pueblo. Conocido por su erudición y rectitud, los Sabios se le acercaron y le ofrecieron ser el nuevo Av Bet Din con la condición que se retractara de los cuatro puntos en discordia y se sumara a la opinión de los demás. Akavia les contestó: “prefiero que me llamen ‘tonto’ (shoté) toda mi vida (por haber perdido esta oportunidad) y no ser ‘falso’ (rashá) por un instante delante del Todopoderoso - pues la interpretación de la gente será que cambié de opinión para llegar al poder”.Rash”í, el comentarista universalmente reconocido de la Torá y del Talmud, glosa en sus escritos (según los contó Rabí Akiva Eiger z”l) en cuarenta y cuatro instancias talmúdicas que “no sabe lo que significa determinado concepto”. En el TaNa”J la cantidad de menciones análogas es aun mayor. ¿Por qué? ¿No podía haber simplemente omitido y callado, eludiendo el tema?La respuesta es que el reconocimiento de las limitaciones propias no es una señal de debilidad, sino justo lo contrario: hubiese sido deshonesto disimularlas. De haber silenciado aquella frase, el estudiante podía haber creído, que el texto no requiere explicación por su sencillez. Por lo tanto, Rash”í le quiere advertir a que está frente a una dificultad desafiante - y lo fue aun para él. La tentación de falsificar, plagiar, exagerar o negar es una desgracia que aflige a muchos círculos académicos. Al abrir las páginas del Talmud, uno se maravilla por la preocupación en mantener la exactitud de las citas, mencionando permanentemente los nombres de quienes dijeron cierta enseñanza y quienes la volvieron a transmitir. Jamás se encubre a un Sabio cuyas palabras quedan cuestionadas por testimonios de sabios anteriores.Se cuenta del autor de una de los libros más estudiados, que parte de su horario diario estaba dedicado a “borrar (parte de) lo que había escrito y copilado el día anterior”. Es más fácil escribir - que borrar lo que un ya escribió.¿Qué nos cambia si creemos en un Creador?A simple vista - y muchos realmente lo suponen - la creencia en la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin y del surgimiento espontáneo de la vida se basa meramente en elucubraciones científicas. Sin embargo, la cuestión no es tan así. Esta creencia “libera” a sus fieles seguidores de estar sometidos a un orden ético. El hecho de sostener que no hay un Creador, sino que somos fruto de un accidente, implica que no hay un propósito en nuestra existencia (los accidentes son por naturaleza fortuitos y niegan todo orden y proyecto), y por ende quita también de todo valor moral a la vida.No solamente consideramos ser creados en general, sino que cada don, capacidad, talento, y virtud que nos caracteriza, y cada oportunidad que se nos presenta, es parte de esa creación individual que nos distingue. O sea, que valorizamos (o debemos de hacerlo) cada instante y circunstancia que vivimos. Todo esto enaltece nuestro reconocimiento de auto-aprecio.De carecer este mundo de propósito moral, dejan de existir el “bien” y el “mal” absolutos. Todo se convierte en discutible, relativo y opinable (aun el hecho del delincuente que robó la cartera con los documentos…).De no creerse en una moral Di-vina, se puede responder a cualquier argumento moral que esa “es la opinión personal tuya”… y no hay con qué responder.A pesar que hubo numerosos cuestionamientos desde el ambiente científico, que se ha desenvuelto cuantiosamente desde mediados del siglo XIX, cuando fue dada a conocer, sus adeptos se aferran a ella celosamente por las inferencias de la alternativa de un mundo creado y sus corolarios en materia de deberes humanos.A medida que transcurren los años, es cada vez mayor la publicidad que se le da a estas teorías cuestionadas, y se denigra burlonamente a quienes sostienen la tradición de ver este mundo como creado, en términos de: “arcaicos”, fanáticos, defensores de una “verdad revelada” (a diferencia de su legitimidad “progresista”). Así, en ciertos círculos es mal visto que uno se declare abiertamente creyente en la Creación programada y planificada - tal como lo hemos adquirido de los ancestros. ¿Qué objetivo tiene la creación? Antes de entrar en la cuestión del “motivo” de D”s, es menester hacer una aclaración. A diferencia de nosotros, los seres humanos, en cuyo contexto, cuánto más “imperioso el motivo” para realizar alguna acción, tanto más impone al sujeto llevar a cabo aquella acción. No así D”s. Nada, en absoluto, es imperioso para Él. Esta es una de las trabas en “comprender” Sus razones. Asimismo, aun si llegáramos - dentro de nuestra limitación intelectual - a entender una lógica por algo que D”s hace, esto no significa que aquella deba ser “el motivo” de D”s, sino puede ser alguno de tantos otros.Esta introducción no obsta a que intentemos humildemente aprender de lo que se nos transmite en las palabras de los Sabios, acerca de los “objetivos” de D”s, pues el mero hecho de tener presente aquello que D”s nos dice qué es valioso para Él, obviamente nos permite acercarnos más a entender cuál es nuestra función dentro de este universo, y esta cuestión es la fundamental para cualquiera de nosotros.Ahora sí. Según el Midrash Tanjumá (Parshat Nasó), D”s “anheló que se cree un espacio de habitación para Él en los mundos inferiores” (o sea en el universo material). Este sería el sitio en el que el Hombre lo podría buscar y convertir la materia en ser espiritual, mediante la elección del bien definido por D”s, convirtiendo de ese modo al universo - en donde la realidad de D”s no se evidencia en la materia - en una certeza expuesta por la evidencia de las acciones que responden a Su Voluntad. Esa es entonces la razón por la cual nos entregó la Torá, que es la que encierra Su Mandato, Programa y Diseño.“D”s creó todo para Su propósito” (Mishlé 16:4): aun aquello que pareciera ser opuesto a Su deseo, cumple una función que - muy posiblemente- desconocemos. “Y D”s vio todo lo que creó y he aquí que era muy bueno” (Bereshit 1:35). El Midrash dice que “muy bueno” viene a englobar la inclinación hacia el mal (Ietzer haRá), los sufrimientos y la muerte - todos elementos de los que nos cuesta aceptar y entender que se denominen “buenos”, fuera del contexto de la Sabiduría Perfecta de D”s (R. Sh. R. Hirsch sz”l). (Ver también la última Mishná de Pirkei Avot).Asimismo, el ser humano es el beneficiario de la perfecta e infinita Bondad Di-vina, pues al superar aquellos desafíos que presenta el mundo físico en el que ha sido colocado por D”s observando escrupulosamente Sus mandatos, se hace acreedor de aquella gran bondad, sin el estigma vergonzante de recibir aquel premio como obsequio - sin haber realizado algún esfuerzo propio para merecérselo.La capacidad intelectual y espiritual del hombre, está diseñada para poder gozar, de la Presencia Di-vina, y de la satisfacción espiritual de estar haciendo el bien, definiéndose así como objeto primordial de la creación.Hemos, muy escuetamente, tratado estos puntos relacionados con la creación del mundo. Cada uno de ellos debe ser analizado con profundidad, lo cual dejo en manos de los lectores.


El Alma en el relato de la Torah
Halel-Jaim D. Zukerwar.

Bereshít «Existe la nada»
« Para los Sabios judíos las preguntas esenciales nunca han sido cuándo y dónde comenzó la Creación sino cuál es el objetivo de la Creación y cuál es la función del ser humano »
El libro Tikunei Zóhar nos explica que la primer palabra de la Torá: Bereshít abarca setenta grados generales de comprensión del acto de la Creación. Bereshít se traduce como «En el principio». Lo que la Kabalá nos revela es que ese principio se refiere a nuestra percepción, pero que «antes» hay otra realidad que existe más allá de la conciencia humana. Antes en términos espirituales significa causas y después consecuencias. Cuando observamos un objeto, un libro por ejemplo, tenemos ante nosotros el resultado de la elaboración intencionada de alguien que sintió deseo de expresar ciertas ideas; por lo tanto pensó, escribió y finalmente publicó el libro. Lo mismo sucede con todos los procesos, desde el detalle más pequeño hasta la Creación en su totalidad. Todo obedece a causas interiores-espirituales que posteriormente se manifiestan en la realidad material. Para captar esas causas el ser humano debe aprender a expandir su conciencia, a partir del mundo material-sensorial, al plano espiritual.Deseo, luego piensoCuando nuestra conciencia se concentra únicamente en los sentidos sin tomar en cuenta la percepción inteligible, esta se torna extremadamente limitada y no consigue trascender nuestro ego. En cambio, cuando nuestro deseo de bien se proyecta más allá de nosotros, el pensamiento lo acompaña, pues al anhelar el bien del prójimo el deseo amplía considerablemente su área de acción: primero a nuestra familia, luego a amigos, comunidad y finalmente al mundo todo. Este esfuerzo activa un potencial desconocido para las personas creándoles la necesidad de alcanzar la sabiduría que armonice las acciones, las emociones y los pensamientos desembocando así, finalmente, en el plano de las causas: el espiritual.¿Cuándo y dónde?Para los Sabios judíos las preguntas esenciales nunca han sido cuándo y dónde comenzó la Creación sino cuál es el objetivo de la Creación y cuál es la función del ser humano. La búsqueda de respuestas a los interrogantes de cuándo y dónde comenzó la Creación conducen a un análisis exterior de la existencia, puesto que focalizan la atención humana en el ámbito material-sensorial. En cambio, al preguntarnos ¿cuál es el objetivo de la Creación y cuál es nuestra función? dirigimos el pensamiento a des-cubrir el orden de causa-consecuencia que rige no sólo los fenómenos del ámbito material-sensorial, sino también la realidad espiritual. Esta actitud nos activa en forma constante planteándonos nuevos desafíos y compromisos concretos con el prójimo, lo que mantiene la conciencia en permanente expansión.La ciencia de la concienciaLa Creación se presenta ante nuestra conciencia como una película de la que «perdimos» el comienzo. Ello nos provoca muchas preguntas ya que sin el conocimiento de las causas que generaron esta realidad ¿cómo podremos comprenderla y evaluarla?La ciencia habla de los límites del universo, o sea hasta dónde el espacio contiene cuerpos celestes, materia o alguna forma de manifestación de energía. Pero el propio espacio vacío, que le da el entorno al universo para que exista ¿no es acaso también una creación? ¿cómo surgió?Nuestra conciencia no puede funcionar sin limites. Tiende siempre a definir un comienzo y un fin. Suponiendo que alcancemos el límite del universo y luego el final del propio espacio, tampoco sería ese el fin, ya que siempre hay «algo» después. O, suponiendo que el espacio es un inmenso balón que contiene a un universo que se expande ¿qué hay por fuera de ese balón?¿Existe la nada?La lógica nos dice que no hay limite, siempre hay algo después. Similar sucede con el tiempo, antes del principio hay un antes… siempre hay un antes. La Torá entendida a través de la tradición interior de Israel, la Kabalá, nos enseña que ese proceso de retroceder en el tiempo y en las causas hasta el principio primero tiene un fin y es la Causa Primera, Causa que no tiene causa. Este concepto escapa a nuestra actual comprensión. La Causa de todas las causas es denominada por la Kabalá: Ein Sof cuyo significado es Infinito. Ein Sof define el estado que unifica a quien percibe con lo percibido y con la percepción. Quien percibe es el deseo, lo percibido es la plenitud (deseada) y la percepción designa el proceso a través del cual quien percibe aprehende a lo percibido. Estos tres aspectos se manifiestan ante nuestra percepción material-sensorial como espacio, energía y tiempo respectivamente. Ein Sof es el estado que armoniza a todos los espacios, energías y tiempos, siendo la Creación sólo una forma que el Ein Sof adopta ante nuestra percepción.El principio de la conciencia humanaEl comienzo que la Torá nos relata es el principio de nuestra forma de conciencia. Ya que la realidad la analizamos desde nuestra óptica, queramos o no estamos limitados a nuestros sentidos y a nuestra forma de percibir y comprender la realidad.La Kabalá nos enseña que podemos ampliar esos límites. Ya que el pensamiento es quien limita nuestra percepción y el deseo es quien limita al pensamiento. Pensamos en lo que queremos, lo que no deseamos no es parte de nuestra conciencia y es como si no existiera. Deseamos luego pensamos.La voluntad unificadoraCuando la tradición de Israel expresa que la Torá es revelada nos está diciendo que la Voluntad y Conciencia Infinita, Ein Sof, transmitió la sabiduría para unificar a todos los creados y les otorgó el potencial de captarla, similar a lo que sucede con los principios de la naturaleza que el hombre no los crea, los des-cubre. El Uno sin segundo, el Kadósh Barúj Hú: Ein Sof es Quien propone el objetivo: la unificación de toda la realidad, ya que El es Uno y sólo quién posee la cualidad de Uno puede unir lo que parece opuesto. La diversidad es producto de nuestra conciencia egoísta que debemos unificar a través de la fuerza del Uno: el Amor. En hebreo Uno-Ejad y Amor-Ahava poseen el mismo valor numérico. El Amor Unifica, ya que amar es el desafío en realizar actos altruistas: mitzvot.Dos fuerzas en una unidadLa Torá comienza expresándonos que «En el Principio creó Elokím los cielos y la tierra». Los cielos: la cualidad de dar, la tierra: quien recibe las lluvias provenientes de los cielos. O sea que El Principio-Bereshít nos enseña que hay dos fuerzas: dar y recibir que se revisten en variadas formas, femenino-masculino, bien-mal, etc., provenientes del Uno. Sólo cuando las percibimos como partes del Uno alcanzamos la Sabiduría que nos des-cubre como se complementan: recibir con el propósito de dar. Así como la tierra recibe las lluvias y da el fruto, así los seres humanos debemos estar dispuestos a revelar la energía infinita en cada uno de nuestros actos. Entonces podemos recibir la Torá, el sistema espiritual que armoniza el dar y el recibir a través del altruismo: SU fuerza y la única capaz de unificar a toda la realidad.