domingo, marzo 11, 2007

Parashá BO

Sumario


1- Pensamientos para crecer
2- Antología de Iud Shvat
3- Resumen de la Parashá BO
4- Estudiando 3 pesukim (versículos) sobresalientes
5- Con qué objeto has salido de Mitsráim



Pensamientos para crecer...Armonia...


Para el Rebe Najmán, vivir en armonía significa estar consciente, darse cuenta de la naturaleza transitoria de este mundo y de la eternidad del próximo. Desde su ventana, frente a la plaza del mercado, el Rebe Najmán observó a uno de sus seguidores cruzar con paso apurado. "¿Has mirado hacia el cielo esta mañana?" le preguntó el Rebe. "No, Rebe, no he tenido tiempo para ello.""Créeme, dentro de cincuenta años, todo lo que tú puedes ver ahora aquí habrá desaparecido. Habrá otra feria, con otros caballos, otros carros, gente diferente. Yo no estaré aquí ni tampoco tú estarás aquí. Entonces, ¿qué cosa es tan importante que no te deja tiempo para mirar hacia el cielo?".
Extraído de "La Silla Vacia" de Breslov Research Insititute



Antología de Iud Shvat


El 10 de Shvat, 29 de enero de 2007, marca dos aniversarios de la dinastía Jabad Lubavitch: la asunción del liderazgo de Rabi Menajem Mendel Schneerson, conocido a lo largo del mundo entero como “el Rebe de Lubavitch” y la desaparición física, en 1950, de Rabí Iosef Itzjak Schneerson z¨l, el Rebe Anterior.Enseñanzas, historias, biografías de estas dos grandes personalidades que produjeron una revolución en la vida judía y en el mundo en general.



Resumen de la Parashá BO
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Después que Moshé advirtiera a Paró que al día siguiente una plaga de langostas destruiría las cosechas de Egipto, los cortesanos lo instaron a que permitiera la partida de los israelitas varones. Sin embargo, Moshé y Aharón insistieron en que se autorizara a salir también a las mujeres, los niños y los rebaños. Como resultado, fueron expulsados del recinto de Paró. Al día siguiente, Moshé extendió su bastón y un viento del Este trajo a Egipto una plaga de langostas que devoraron la vegetación del país. Después de presenciar este desastre el faraón admitió su error y rogó a Moshé y a Aharón que rezaran por la eliminación de la plaga. Así lo hicieron y un fuerte viento retornó una vez más a su obstinada negativa.

Entonces Moshé produjo la plaga siguiente: una total oscuridad que envolvió la tierra de Egipto durante seis días. Durante tres de ellos los egipcios ni siquiera pudieron moverse. Sólo los israelitas tenían luz en sus viviendas. El caos resultante de esa pesadilla fue demasiado para el faraón, quien ofreció dejar que partieran los israelitas -hombres y niños- siempre que dejaran los rebaños como garantía de que regresarían. Moshé rechazó esta condición y Paró le prohibió que apareciera de nuevo ante su presencia. Moshé replicó que habría una plaga final de efectos devastadores: ella le costaría la vida a todos los primogénitos egipcios. Moshé y Aharón partieron entonces por última vez.

D-s informó a Moshé que la redención estaba próxima y que de allí en adelante el año comenzaría en el mes de la liberación (Nisan). El décimo dia de este mes cada jefe de familia debía apartar un cordero macho sin defectos, para mantenerlo hasta la noche del día décimocuarto, ocasión en la que debía ser sacrificado. Parte de la sangre sería salpicada sobre el marco de la puerta de toda casa judía como señal de que sus habitantes eran israelitas. Esa noche, la carne del sacrificio debía ser comida, cuando estuvieran asada, con pan sin leudar y hierbas amargas. Todo lo que quedara en la mañana debía ser quemado. Más aún, era menester comer apresuradamente y los comensales debían estar preparados para iniciar un viaje. Aquella sería la noche en que Hashem eliminaría a todos los primogenitos de Egipto, con excepción de los que estaban en casas salpicadas con sangre de cordero. Desde entonces esa festividad ha sido observada anualmente como Pésaj y es un permanente recordatorio de la liberacion de Egipto. Durante siete días se comería pan ázimo y los días primero y séptimo de la festividad debían ser observados como una asamblea sagrada, con la prohibición de hacer cualquier trabajo. El sacrificio de las ofrendas de Pesaj debía ser observado en Canaán después de la conquista, y su significación debía ser explicada a las generaciones siguientes.

Exactamente a medianoche, D-s eliminó a todos los primogénitos egipcios, tanto hombres como animales. Paró y sus compatriotas se levantaron en mitad de la noche para lamentarse amargamente por las pérdidas de vidas. Pidió entonces a los israelitas que partieran, no ya como una orden real, sino con un dejo de sometimiento, tal como Hashem lo había anticipado.

Los israelitas partieron con tal apresuramiento, quela masa del pan con levadura no tuvo tiempo de leudar (desde entonces y para conmemorar este hecho, los judíos han estado comiendo pan ázimo o matzá, en Pesaj). Eran seiscientos mil hombres los que comenzaron el viaje y llevaron con ellos a sus esposas e hijos. También transportaban una gran cantidad de oro y plata que los egipcios les habían entregado. Los judíos recibieron orden de llevar un korbán Pesaj el catorce de Nisán de cada año. También se les ordenó qaue redimieran a sus hijos primogénitos varones en todas las generaciones futuras, y que usaran tefilín (filactelias) "como señal en tu mano y como recordatorio entre tus ojos", para qeu no olvidaran la salvación de los judíos en Egipto.

Estudiando 3 pesukim (versículos) sobresalientes

"Y hubo profundas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días. Uno no veía a su propio hermano" (10:22-23)

PREGUNTA: Ellos no podían ver nada ¿Por qué enfatiza en el hermano?
RESPUESTA: Hace muchos años un hombre emigró de una pequeña ciudad en Rusia a los Estados Unidos. Sus emprendimientos de negocios fueron bendecidos con el éxito y se hizo muy rico. Varios años después arribó su hermano, se encaminó a la casa de su exitoso hermano, y se presento ante el mayordomo como el hermano de su patrón. El mayordomo lo condujo a la recepción y posteriormente volvió con el mensaje de que su patrón no tenía hermano. El le envió una serie de señas, esperando que su hermano lo reconociera. Nuevamente vino el mayordomo "Lo siento, mi patrón dice que no tiene hermano y a usted no lo conoce". Decepcionado y dolorido, le dijo al mayordomo que le dijera a su patrón "Le aconsejo que haga un testamento inmediatamente, no le queda mucho tiempo de vida".Petrificado, el hermano se precipitó a la puerta y preguntó alarmado "¿Cómo puede usted hacer esa declaración? ¡Mi doctor afirmó que tengo una salud excelente!" El inmigrante miró a su hermano a los ojos y dijo "La ciudad en la que crecimos como hermanos era muy pequeña y pobre. Los habitantes no podían costear un médico. Yo estudié primeros auxilios y suplí sus necesidades médicas. De mi experiencia aprendí que cuando un paciente ya no puede "reconocer" a su propio hermano, su situación es extremadamente seria y le queda poco tiempo de vida".Lamentablemente algunos aspectos de la plaga de las tinieblas prevalecen en los tiempos contemporáneos. Tristemente, hay judíos envueltos en las tinieblas que no reconocen a su prójimo judío como su hermano que merece ser ayudado en lo material y, especialmente, en lo espiritual. Esa conducta pone en peligro la continuidad de la comunidad judía.Esperemos que, como los judíos de Egipto, nosotros también merezcamos "Para todos los Hijos de Israel hubo luz en sus moradas" Todos vean la verdadera luz y hagan lo máximo por su hermano, su prójimo judío.
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"Este mes [Nisan] será para ustedes cabeza de los meses" (12:2)
PREGUNTA: ¿Porqué fue el calendario lunar la primera mitzvá dada a todo el pueblo judío?
RESPUESTA: Cuando Hashem creó el mundo, las dos luminarias, el sol y la luna, tenían la misma fuerza. La luna se quejó "No es apropiado que dos "reyes" tengan la misma clase de corona". En respuesta Hashem hizo más pequeña a la luna. Cuando venga Mashíaj, la luna volverá a su fuerza original (Génesis 1:16 Rashi, Isaías 30:26).La particularidad de la luna es que hasta la mitad del mes va creciendo continuamente, empequeñeciéndose después. Al final del mes no se la ve más, pero de pronto reaparece.La historia del pueblo judío es similar a las faces de la luna: a lo largo de nuestra historia tuvimos etapas brillantes y decadentes. Fuimos expulsados de varios países, y cuando pensamos que nos extinguiríamos, de pronto, una nueva comunidad judía crecía en otra parte del mundo. Como la luna, el pueblo judío nunca desaparecerá, y eventualmente será, en los días del Mashíaj, el pueblo más glorioso y respetado del mundo. Esta cualidad esencial del pueblo judío está indicada en la primera mitzvá dada a ellos.
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"No comáis parcialmente crudo ni cocido en el agua, sólo asado sobre el fuego" (12:9)
PREGUNTA: La carne de los sacrificios debía ser comida por los cohanim de cualquier manera que les agradara. Podían comerla cocida, a la parrilla o asada, etc. (Rambam, Maase haKorbanot 10:10). ¿Por qué Hashem insistió que el Korbán Pesaj debía ser comido sólo asado al fuego?
RESPUESTA: La carne parcialmente cruda o completamente cocinada difícilmente tienen aroma. La carne asada, sin embargo, puede ser olida a la distancia.Los judíos fueron esclavizados en Egipto por muchos años y estaban aterrorizados por sus amos egipcios. La orden de Hashem, de ofrendar un cordero, el animal idolatrado por los egipcios, como un Korbán Pesaj, los atemorizó. Con la intención de no despertar la ira de los egipcios, lo iban a comer parcialmente crudo o completamente cocinado, esperando que los egipcios no se dieran cuenta.Consecuentemente Hashem le dijo a Moshé que le dijera al pueblo: "¡Basta! ¡Ya es suficiente! Basta de caminar con sus cabezas gachas. Levántenlas y enorgullézcanse del hecho de que ustedes son judíos y un pueblo libre. Asen el sacrificio sobre el fuego, dejen que el aroma se sienta de un extremo a otro de Egipto, y dejen que todo el país sepa que ustedes están sirviendo orgullosamente a su Di-s"


"... y os Icé sobre alas de águilas, y os traje hacia Mí..."Con qué objeto has salido de Mitsráim

"En toda generación debe el hombre sentir como si él mismo hubiera salido de Mitsráim", decimos en la primer noche de Pésaj. Hay dos momentos del año en que esa evocación, esa convocatoria a vivir en presente la liberación de la esclavitud, se hace especialmente patente. Estos son: la festividad de Pésaj, que señala cada vez un nuevo aniversario del evento original, y la semana en que leemos en la Toráh la parasháh "Bó", donde se consigna el relato de nuestra liberación.

Al inicio de nuestra parasháh, se responde a una pregunta que nos dispondríamos a formular de lo contrario: ¿para qué lleva a cabo Hashém toda la serie de portentos conocidos como las diez "plagas" o azotes? Si se trataba exclusivamente de liberar a Israel del yugo egipcio, hubiera sido más sencillo producir la liberación "en un sólo acto". Y puestos a "asesores del TodoPoderoso", seguramente todos tendremos ideas muy creativas y menos dolorosas que lo que ocurrió, para producir esa liberación. ¿O es que, acaso, la motivación y meta de todos los portentos y maravillas, de todos los milagros y toda la revelación, excede a la liberación de un pueblo sometido a esclavitud?

Eso mismo se nos confirma a poco que comencemos a leer (Shemót -Exodo- 10:1): " (...) para imponer estas señales en él. Y para que relates en los oídos de tu hijo y el hijo de tu hijo que Jugué en Mitsráim" (que hice Mi voluntad, independientemente de todos sus encantamientos y toda su magia), "y las señales que Puse en ellos; y sabréis que Yo soy Hashém", Creador y Amo de la creación. De tal modo, aprendemos que tres son los objetivos expresos de estos diez azotes que preceden a la liberación final: en primer término, demostrar a ojos de todos que nada puede la magia de Mitsráim, ni su soberbia, ni todo su inmenso poderío, ante la voluntad suprema de Hashém. No hay fuerza en la creación capaz de oponerse al designio del Creador. En segundo término, "para que relates...": para que la enseñanza se transmita fielmente de generación en generación y nunca se pierda. Y a partir de ello, "y sabréis...": para generar conciencia pura y completa de la Verdad, para que sepamos de Hashém, focalicemos en El nuestra fe, aprehendamos las leyes de la creación, y ejerciéndolas, seamos sagrados, afirmados y arraigados en el Bien, ejecutores y sacerdotes del bien en el mundo.

Así queda asentado, al inicio de nuestra historia como pueblo, que Israel es "funcional" al destino de la Creación: nuestra misión es protagonizar, revelar en vida propia, el secreto maravilloso de la Creación; conectar el mundo material con su raíz primigenia, atraer Redención a todas las limitaciones y opresión producidas por arte y obra de la acción de los hombres.

La enmienda ocurre "midáh kenégued midáh", en idéntica forma y mayor cantidad que la desconexión que le precedió. La ley de Hashém se aplica sobre el organismo enfermo del mundo; y así como el antídoto a un veneno tiene origen en el propio veneno, así también el mal es reparado mediante sus propias herramientas. Por ello nos toca leer, cuando anuncia Hashém el décimo azote (la muerte de los primogénitos), que "habrá un gran alarido en toda la tierra de Mitsráim, que no hubo como él, y como él no habrá más" (Shemót -Exodo- 11:6). El alarido de Mitsráim viene a compensar el alarido previo de Israel, cuando debimos gemir por redención del yugo que pesaba sobre nosotros. De igual modo, en los nueve azotes previos, nos enseña el midrásh que cada uno vino a compensar una forma distinta de la desdicha que nos había sido infligida. De allí aprendemos que la erradicación del mal exige la reparación previa de su daño, y la conversión de sus efectos para bien; y así sucede siempre.

La Toráh viene permanentemente a enseñarnos, de modo paradigmático, la Ley a que estamos sujetos por el mero hecho de existir. Tenemos libertad de elección en cuanto a ser concientes o no de ella; en cuanto a sujetarnos a la Verdad, o alentar creencias vanas en azares o poderes múltiples cualesquiera. Mas la Ley no dejará de ejercerse; y como hemos aprendido en el Zohar de esta semana, serán nuestras propias acciones las que tornarán evidente la Supervisión de Hashém sobre todos los aconteceres del mundo. Cuando vivimos "por inercia", siguiendo como autómatas los dictados del rumor que nos rodea, todo es tiniebla y bruma en derredor, y no sabemos de dónde venimos y tampoco a dónde vamos. Cuando nos atrevemos a labrar el propio camino, en cambio, la Hashgajáh pratít, la Supervisión de Hashém sobre cada individuo, se hace manifiesta. Y cuando obramos de acuerdo a los principios, a las mitsvót que nos enseña la Toráh para conectarnos con el Bien y desconectarnos del mal, la Supervisión se hace manifiesta en pura brajáh evidente en cada instante de la vida.

De hecho, todos, de algún modo, hemos nacido en Mitsráim. Todos tenemos alguna forma de esclavitud de la que redimir a nuestro tiempo y nuestras almas. Y el grito de Israel en Mitsráim es el grito de cada uno, cuando toma conciencia de la necesidad de redención, y sabe de pronto que no de él depende sino de El, y clama a por la acción directa de Hashém sobre su realidad. Entonces, sucede que el mal es aniquilado con sus propias herramientas, y milagrosamente, de pronto, "viajaron los hijos de Israel de Ra'msés hasta Sucót" (12:37); y nos hallamos en una nueva realidad, en el desierto, con la libertad recién adquirida en nuestras manos.

Y siempre, en la inflexión milagrosa, sucede que "salieron todos los ejércitos de Hashém de la tierra de Mitsráim" (12:41): ahora, cuando estamos por fin en libertad, somos los "ejércitos de Hashém"; libres del mal, estamos llamados a encarnar el Bien, y tal es la responsabilidad que recaerá sobre nosotros para siempre. Al revés de todos los Faustos del occidente que decae, los hebreos entregamos el alma a Hashém a cambio de la promesa de los tiempos del Mashíaj que se aproxima.

Hemos aprendido más arriba acerca del propósito de la GueUláh. El milagro de Hashém se opera en función de que la salvación resultante sea capaz de revelar nueva y más Luz en el mundo. La verdad debe ser evidente otra vez y las tinieblas deben ser vencidas; y a tal efecto atiende Hashém al grito del desamparado y el oprimido, siempre que exista la posibilidad de que ellos no alienten la soberbia de creer que por su propia fuerza se salvaron, sino que a partir de la evidencia, se constituyan en nuevos faros de luz sagrada para el mundo. Y entonces, para ser verdaderamente Israel, para constituirnos en revelación digna del potencial de Israel, basta con apegarnos a la realidad de los milagros que nos redimen de Mitsráim todo el tiempo. Y así se tornará realidad la profecía de Irmiáhu, en nuestra haftaráh de hoy (Irmiáhu -Jeremías- 46:28): "Tú no temas, mi siervo Ia'akóv, es el pronunciamiento de Hashém. Pues contigo Yo estoy (...)"; y tras que serán aniquilados todos los enemigos de Israel (todos quienes oprimen al Israel conceptual, que dedica su vida a la revelación de la Verdad), "te someteré a juicio", porque declarar tu fidelidad a la Verdad no sólo no exime sino que acrecienta tu responsabilidad por cada palabra y cada acción de tu vida, "y no te eliminaré": o sea, no dejará Hashém que se pierda del mundo el verdadero Israel, sino que le juzgará, y cual sucede en nuestros días le dará oportunidad para la enmienda, y entonces, Israel, todos quienes han demostrado merecer retroactivamente su liberación de cada uno de los Mitsráim a que la vida nos somete, perpetuarán la enseñanza de la Toráh en el mundo, para atraer por fin la GueUláh completa y definitiva, muy pronto en nuestros días, Amén.

Shabát Shalóm, y mis brajót para todos,

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