domingo, enero 07, 2007

Parshá VAIGASH

Sumario
1- Que es Asara Betevet?
2- Resumen de la Parasha
3- Pensamientos para crecer...
4- Highlights de la Semana
5- LA FRASE DE LA SEMANA
6- El miedo a los cambios


Ayuno 10 de Tevet
31 de Diciembre desde el Alba

QUÉ ES ASARÁ BETEVÉT (10 DE TEVÉT)?

El mes de Tevet es el décimo en la cuenta de meses que comienza en Nisán. El nombre Tevet fue acuñado en Babilonia, tal como es el caso con los nombres de otros meses hebreos.
Durante el mes de Tevet, tres son los ayunos que se observan: los días 8, 9 y 10 del mes, en conmemoración de tres catástrofes que acontecieron al pueblo de Israel.

Los ayunos del 8 y del 9 de Tevet son llamados 'días de ayunos de los piadosos' pues en esos días ayunan sólo aquellos individuos que así lo deciden, mientras que el del 10 de Tevet es un ayuno público que obliga a la entera comunidad judía.

¿Qué sucedió en estos días?

El 8 de Tevet, la Torá fue traducida al griego por decreto del rey Ptolomeo, alrededor del año 313 AEC, de acuerdo a la tabla cronológica del Segundo Templo presentada en la sección de Janucá, que ubica la fecha de la destrucción del Primer Templo en el año 423 AEC. Esto corresponde, aproximadamente, al año 476 AEC, de acuerdo a la tabla cronológica alternativa que ubica la destrucción en 586 AEC. Ese día fue considerado tan nefasto para Israel como el día en que se hizo el Becerro de Oro, dado que es imposible traducir adecuadamente la Torá sin perder la esencia de su interpretación.

El 9 de Tevet, moviéndose hacia atrás en el tiempo, conmemora la muerte de Ezra el Escriba y de Nejemia, dos de los más grandes líderes, quienes condujeron fielmente al pueblo de Israel en su retorno del cautiverio en Babilonia. Esto ocurrió aproximadamente en el año 353 AEC, de acuerdo a la primera Tabla Cronológica mencionada más arriba, o en 516 AEC de acuerdo a la Tabla Alternativa. Se dice que los ojos de todo Israel quedaron opacados por su fallecimiento, pues la pérdida de estos grandes líderes fue un tremendo golpe y la talla de Ezra, en particular, era tan grandiosa que fue dicho de él que si la Torá no hubiese sido entregada a Israel a través de Moshé, lo habría sido por medio de Ezra.

El 10 de Tevet, Nebujadnetzar (Nabucodonosor) , Rey de Babilonia, puso sitio a la ciudad de Jerusalem. La imposición de este sitio ocurrió, aproximadamente, en el año 426 AEC, de acuerdo a la Tabla del Segundo Templo, o aproximadamente en el año 589 AEC de acuerdo a la Tabla que ubica la Destrucción del Primer Templo en el año 586 AEC.

Los muros de Jerusalem sufrieron después la primer brecha el día 17 de Tamuz, durante el tercer año del sitio, y el Templo fue destruido en Tishá beAv, el 9 de Av, el día más triste en todo el calendario judío, el día de la destrucción de ambos Templos y el más sombrío entre los días de ayuno.
Pero el comienzo del sitio preparó el escenario para ambos trágicos eventos. Fue por tal razón que los Profetas y otros líderes judíos de la época, establecieron el 10 de Tevet como día de ayuno para el pueblo judío.

En la actualidad, el 10 de Tevet ha sido designado como Iom HaKadish Hakelalí, el día del aniversario de todos aquellos de los que no se conocen la fecha ni el lugar de su fallecimiento (en especial las víctimas de la Shoá).

(Sección adaptada del libro The Book of Our Heritage, de Rab Eliahu Kitov, y de otras fuentes).



Resumen de la Parshá VAIGASH

Luego que Biniamín fuera acusado de robar la copa de plata de Iosef, Iehudá se aproximó a éste y le formuló una elocuente apelación. Iosef no pudo continuar reprimiendo su fuerte emoción y ordenó que salieran todos los que estaban en la habitación, con excepción de sus hermanos. Una vez que estuvieron solos, comenzó a llorar mientras exclamaba: ‘Soy Iosef’, y enseguida preguntó: “Está mi padre realmente vivo, aún?” Sus hermanos no pudieron responderle, pues estaban avergonzados de lo que le habían hecho. Les indicó que regresaran enseguida a Canáan y le dijeran a su padre que fuera a Egipto con sus hijos y nietos, y todos sus bienes. Iosef llevó a su padre ante el faraón y Iaacov le confirió a éste su bendición.La hambruna había alcanzado una etapa crítica. Iosef recaudó mucho dinero en las tierras de Egipto y Canaán gracias a la venta de alimentos, y lo llevó al tesoro del faraón. En pago por los alimentos Iosef exigía a los egipcios, en primer lugar, su ganado, y luego su tierra. Los israelitas vivieron en Goshen, donde adquirieron propiedades y crecieron en número.


Pensamientos para crecer...saber pedir...

Para el judaísmo es evidente que cuando nos abruman los problemas, incluyendo la ansiedad respecto a las dificultades de la vida, debemos buscar a Di-s para que nos ayude a resolverlos. La fe en la omnipotencia y misericordia de Di-s implica que El puede proveer y proveerá la solución más segura. Sea por intermedio de las palabras inspiradoras de un salmo o del libro de plegarias, o verbalizando los deseos de nuestro corazón, siempre buscamos la intervención benevolente de Di-s.
Una fría noche de invierno, el Baal Shem Tov y su grupo visitaron de incógnito a cierto judío pobre.El campesino estaba sumamente contento de cumplir con el mandamiento de hospitalidad y dio una cálida bienvenida a sus huéspedes. Corrió al bosque a cortar leña para servirles una bebida caliente, se apresuró al pueblo a comprar leche para su te, les dio las sábanas y almohadas de la familia para que durmieran sobre ellas y les sirvió la mejor comida que podía permitirse. Pero el Baal Shem Tov y sus discípulos se quedaron cinco días hasta que el campesino tuvo que vender casi todo lo que tenía para satisfacer las necesidades y demandas de sus huéspedes.Todo el tiempo el campesino se sentía agradecido por la oportunidad de ser anfitrión de sus visitantes. Pero eso no cambió el hecho que si antes que sus visitantes llegaron era pobre, cuando estos se fueron quedó sumido en la indigencia total. Cuando sus hijos lloraban de hambre, él le preguntó a Dios por qué lo había bendecido con la oportunidad de recibir huéspedes y después lo había dejado sin medios para mantener a su familia.En ese mismo momento, un no judío golpeó en la puerta del campesino y le pidió una bebida. Este no judío eventualmente involucró al campesino en determinados negocios que lo hicieron rico.Un tiempo después, el campesino rico hizo una visita al Baal Shem Tov. El Baal Shem Tov le dijo: "Vi que había sido decretado en el cielo que te harías rico, pero que la riqueza no podía llegar porque no la habías pedido. Te conformabas con tan poco. De modo que tenía que vaciarte de todo para que rogaras y pidieras la abundancia que era tuya por derecho.
Al invocar la compasión de Di-s en la plegaria, admitimos que ciertas cosas en la vida son demasiado grandes para nosotros y que no tenemos las llaves para nuestra salvación. Al hacerlo, finalmente neutralizamos al ego y cuando el ego está neutralizado sus ansiedades se neutralizan con él.
Extraído de "Psicología y Kabala" escrito por el Rabino Itzjak Ginsburgh. Editorial Obelisco


Highlights de la Semana

* Por primera vez en la Historia Dominicana, un grupo Organizado de Bnei-Anusim y Guer Tzedek festejaron la festividad de la Januka alrededor de la Plaza de la Bandera en Santo Domingo. Por medio de esta acción, durante los 8 días, hemos cumplido el precepto de propagar y Publicar a todos los transeúntes de la zona el milagro acontecido a nuestro Pueblo en Januca.




LA FRASE DE LA SEMANA


“El principal sufrimiento del presente exilio es consecuencia de que Israel ha caído del daat superior [de la fe en la providencia milagrosa de d-os] y ha llegado subsecuentemente a la equivocada creencia de que todo depende de la naturaleza, del azar o del destino. De hecho, esta creencia es la causa misma del sufrimiento de la gente. Vivir entre las naciones gentiles y aprender de sus formas de vida ha llevado a pensar que todo depende de [las leyes de la ] naturaleza y del destino. Cuando vuelvan a obtener daat [conocimiento] de la divina providencia, dejarán de sufrir; pues la verdad es que Israel se encuentra por encima de las leyes naturales. Sólo cuando pecan, el cielo no lo permita, caen bajo el dominio de la naturaleza. Es entonces que sufren el exilio y la humillación (likutey moharan i, 250:2).”

(“ANATOMÍA DEL ALMA”, Página 213).-


Parashat Vaieshev: Bereshit Cap. XXXVII - XL
El miedo a los cambios

Todos los personajes centrales de Bereshít sueñan: Abrahám, Itzják, Iaakóv y ahora Ioséf enfrentan la vida con un pie en la realidad temporal, y el otro en el mundo de los sueños, el deseo, la búsqueda espiritual y la utopía.
En esta parashá, Ioséf se enfrenta a sus hermanos: nos encontramos ante una seria crisis, entre realistas tradicionalistas por un lado, y el soñador radical por el otro. Los hermanos tenían sobrados motivos para odiar a Ioséf: era ostensiblemente el preferido de su padre, soñador como él; y su lenguaje, su forma de pensar, su búsqueda vital eran ajenas a las de todos los demás.
De todos los conflictos que, a esta altura de su vida, ya ha pasado Iaakóv, éste es el primero que ocurre dentro de su familia. Iaakóv ama a Ioséf más que al resto de sus hermanos, porque Ioséf es el hijo de Rajél, su primer y mayor amor, y porque es a su vez un soñador. Al obsequiarle una camisa de rayas, símbolo de sentimiento aunque no de riqueza, Iaakóv hace manifiesta su preferencia por Ioséf; y el resto de sus hijos pasan a odiar a su hermano hasta ser incapaces de hablar pacíficamente con él.
Lo que molesta a los hermanos de Ioséf no es el valor económico de la camisa. Según explica el Talmud, ésta habría costado 2 slaím, un precio muy bajo. Lo que molesta a los hermanos de Ioséf es el valor afectivo del obsequio: para provocar distanciamiento y rencor entre hermanos no se necesita de grandes regalos, de autos y tecnología; basta con una pequeña diferencia en el amor que se manifiesta, que no necesita, y frecuentemente tampoco puede, ser argumentado. Del hecho de que una camisa cambiara radicalmente el destino de Israel, el Talmud concluye que no se debe realizar diferencias materiales ni afectivas respecto de los hijos, ya que es mucho mayor el daño que el beneficio que provocan.
Definitivamente, como buen continuador del camino heredado, Ioséf sueña sueños que lo hacen mucho más peligroso para la "sociedad", para lo "mayoritariamente aceptado y establecido", que el propio Iaakóv. Su padre sueña con escaleras, con ángeles, con Dios y con el cielo. Ioséf, en base a los mismos arquetipos que hereda, sueña con hombres, con campos, con gavillas. Iaakóv soñaba "con" Dios, e ingresaba oníricamente en el cielo. Ioséf sueña, directamente, el origen de la economía en la existencia humana; y sus sueños lo llevan a controlar la tierra.
Transformado en enemigo público para quienes detentan el conservadorismo de las estructuras y el miedo a los cambios, llega la hora en que Ioséf debe ser sacado del medio. Los hermanos se confabulan, lo secuestran y lo venden como esclavo a una caravana de Ismaelitas. Inmediatamente, proyectan su triunfo en la camisa, símbolo de lo que odiaban en Ioséf: la rasgan, la manchan con sangre de cordero, y la llevan a su padre quien, seguro de que su favorito ha sido devorado por una bestia, asume de ahí en más una existencia de luto permanente.
Ioséf representa la imagen del revolucionario, del utopista que invoca y provoca cambios en la realidad. Los hermanos entendieron que, en tanto soñador amado, de su mano sobrevendría una nueva estructura familiar y social, y no quisieron correr el riesgo que los cambios implican; prefirieron seguir en la realidad cotidiana y conocida, para bien y para mal.

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