domingo, enero 07, 2007

Parashá Miketz

Sumario
1- Highlights de la Semana
2- LA FRASE DE LA SEMANA
3- Las velas son testigos
4- Resumen de la Parashá Miketz
5- La revolución que obra en lo material el universo espiritual
6- El Milagro de Jánuca



Highlights de la Semana

* Los días jueves 21 y viernes 22 de diciembre, es Rosh Jodesh Tevet (comienza el mes de Tevet). Se agrega en la Amidá el Iaalé Veiabó, además del Al Hanisim (que se pronuncia durante los días de Janucá) y se recita el Halel completo y Musaf de Rosh Jodesh.


LA FRASE DE LA SEMANA

El judío debe hacer actos de bondad pues así lo ordenó Di-s, que nos santificó con sus Mitzvot (preceptos) y nos ordenó hacer actos de beneficencia; y no porque ésa sea nuestra naturaleza. (Sefer Hamaamarim Kuntreisim)


Las velas son testigos
En la actualidad

En Januca divulgamos dos milagros: El milagro natural de la victoria bélica de Matitiau y sus hijos frente a los griegos, y el milagro de la vasija de aceite, cuando un poco de aceite que tendría que haber durado sólo un día duró ocho.Ambos milagros están relacionados: El milagro natural - la victoria frente a los griegos - fue logrado gracias al sacrificio, el valor y la determinación de Matitiau y sus hijos, que no vacilaron en atacar un enemigo más fuerte y numeroso que ellos. Y en base a ello, fueron merecedores de la gran ayuda Divina y lograron vencer. Esa gran victoria aparejó el milagro sobrenatural de la vasija de aceite, en el que fuimos merecedores de presenciar la conducción sobrenatural cuando las velas alumbraron por encima de su capacidad natural.En la actualidad, Am Israel (el Pueblo de Israel) enciende ya hace miles de años las velas de Januca, en recuerdo del milagro sobrenatural. Esas velas nos insinúan las victorias y la capacidad de supervivencia de Am Israel en todos los tiempos y en todos los lugares. También cuando se encontraron en las peores situaciones los judíos no dejaron de encender las velas de Januca, que nos recuerdan la capacidad de supervivencia sobrenatural de Am Israel, el Pueblo Eterno. Mientras que el milagro natural – la victoria de los Macabim frente a los griegos – no fue recalcado por nuestros sabios en la oscuridad de la galut (exilio), hoy en día, cuando Am Israel vuelve a renacer y libra batallas en las que – gracias a D’s – vence a sus enemigos, no es por azar que fue elegido como símbolo oficial del Estado de Israel el candelabro de siete velas que se encontraba en el Beit HaMikdash (El Templo). Y no está tan lejano el día en que seremos merecedores de la reconstrucción del Beit HaMikdash, y el candelabro no sólo será un símbolo sino que un candelabro real, con velas encendidas, esas velas que “son los testigos frente a todo el mundo que la Shjina (manifestación de la Presencia Divina) mora en Am Israel” (Shabat 22B).
con bendiciones de Januca Sameaj (feliz fiesta de Januca) anhelando la salvación plena
Dov Bigún


Resumen de la Parashá Miketz
(Extraído del libro "Lilmod ULelamed" de Edit. Yehuda)

Dos años después de que el mayordomo principal fuera liberado de prisión, el faraón tuvo dos sueños extraños. En uno vio siete vacas flacas que devoraban siete vacas bien alimentadas y que, no obstante, permanecian débiles. En el otro vio siete espigas vacías tragándose otras siete llenas de granos, las que, sin embargo, permanecían delgadas. El faraón estaba perturbado por estos sueños y no se tranquilizó con ninguna de las interpretaciones ofrecidas por sus consejeros. Fue entonces que el copero recordó la capacidad de Iosef para interpretar sueños y le habló de ese talento al faraón.
Iosef fue llamado inmediatamente a presencia del monarca de Egipto, quien le informó que había tenido unos sueños que nadie había podido interpretar satisfactoriamente, y que había oído que él era capaz de explicarlos. Después de declarar que no era con su propia sabiduría que interpreta los sueños, sino que era D-s quien lo hacía a través de él, Iosef se dispuso a escuchar al faraón para satisfacer su pedido. Explicó que ambos sueños portaban el mismo mensaje de Hashem sobre lo que El estaba a punto de hacer. Las siete vacas bien alimentadas y las siete espigas rebosantes de granos representaban siete años de properidad económica para Egipto. Las siete vacas flacas y las siete espigas vacias de granos simbolizaban siete años de grave depresión económica, con una rigurosa hambruna, que seguirían a los años de prosperidad. Los siete años de hambre serían tan asoladores que los buenos anteriores serían olvidados. Más aún, la duplicación de este mensaje a través de dos sueños significaba que el comienzo de la materialización de ambos sueños era inminente.
Iosef aconsejó al faraón que nombrara a una persona sabia para administrar la tierra de Egipto. Los alimentos debían ser almacenados bajo el contgrol del faraón durante los siete años de abundancia para servir de sustento durante los años de escasez. La interpretación y el consejo de Iosef fueron aceptados por el soberado y todos sus servidores. En consecuencia, el faraón eligió inmediatamente al propio Iosef para el cargo mencionado y a la edad de treinta años lo convirtió en virrey de Egipto.
El faraón instaló oficialmente a Iosef en su cargo. Colocó en su dedo el anillo con el sello real, lo vistió con finas ropas de lino, le puso un collar de oro en el cuello, y lo ubicó en la carroza del virrey. le dio como esposa a Osnat bat Potifera, que tuvo más tarde dos hijos: Menashé y Efraim. Iosef comenzó a almacenar alimentos en las ciudades durante los años de abundancia y reunió tal cantidad que los registros perdieron significación y ya no fueron mantenidos.
Los años de abundancia habían concluído; ahora vendrían los de hambre, tal como lo había vaticinado Iosef. Este ordenó abrir todos los depósitos y vendió a los egipcios las provisiones almacenadas. Los países vecinos también sufrían hambre y sus habitantes recurrieron a Iosef para comprar alimentos.
La terrible escasez de Canaán impulsó a Iaakov a enviar a sus hijos a Egipto para comprar provisiones, pero hizo que el menor, Biniamin, se quedara en su hogar,por temor a que sufriera algun daño durante el viaje. Cuando los hijos de Iaakov llegaron, Iosef los reconoció de inmediato. Actuó con ellos como un extraño y no les reveló su identidad. Les habló rudamente ylos acusó de ser espías. Ellos negaron la acusación con vehemencia y le dijeron que eran todos hermanos y habían ido sólo a comprar alimentos. Le explicaron a Iosef que pertenecían a una familia de doce hermanos, que uno de ellos había desaparecido y que elmás joven se había quedado con su padre. "No, yo tengo razón", dijo Iosef. "Vosotros sois espías. Esta será vuestra prueba: Enviad a uno de vosotros y que traiga, de regreso, a vuestro hermano menor. Solo entonces sabré que estáis diciendo la verdad".
Iosef puso en prisión a todos los hermanos durante tres días. Después los liberó. Les informó, empero, que Shimon permanecería como rehén hasta que ellos retornaran con su hermano menor. Los hermanos se lamentaban ahora del trato que le habían dado a Iosef y atribuían esta terrible angustia al castigo Divino por el pecado que habían cometido. Ellos no sabían que Iosef comprendía su idioma, el hebreo, pues cuando habían conversado con él sus palabras habían sido traducidas al egipcio para que Iosef las "comprendiera". Cuando éste observó las expresiones de lamentación de sus hermanos, se alejó de ellos y lloró.
Luego regresó e hzio encarcelar a Shimón en presencia de ellos. Más tarde ordenó secretamente a sus sirvientes que llenaran con alimentos las vasijas de sus hermanos y que les devolvieran su dinero, poniéndolo dentro de las bolsas de cereales.
Cuando regresaban a su hogar, uno de los hermanos abrió la bolsa y encontró el dinero que había pagado por el alimento. Al no saber que Iosef había ordenado secretamente que se les devolviera el dinero, los hermanos termieron ser acusados de robo. Cuando regresaron a su hogar le relataron a Iaacov todo lo que habia ocurrido y a medida que iban vaciando sus bolsas, cada uno de ellos encontraba su dinero entre los granos. Sin embargo, Iaakov se rehusó a permitir que Biniamin los acompañara a Egipto por temor a que le ocurriera una desgracia durante el viaje.
El habre en Canaán era terrible. El alimento que habían traído de Egipto fue consumido en poco tiempo. Iehudá procuró calmar los termores de su padre ofreciéndole asumir la responsabilidad por la seguridad de Biniamin. Aunque a regañadientes, Iaakov aceptó permitir que su hijo menor fuera con ellos a Egipto.
Cuando los hermanos llegaron a aquel país, fueron escoltados hasta la casa de Iosef. Allí encontraron a Shimón y luego cenaron con Iosef. Este ordenó a su mayordomo que abasteciera a los hermanos de provisiones y que les devolviera nuevamente su dinero. También ordenó que su copa de plata fuera colocada en la bolsa de Biniamin. Los hermanos partieron en viaje de regreso, pero pronto fueron detenidos por el mayordomo de Iosef (enviado por él) , quien los acusó de ingratitud por haber robado la copa de plata de su amo. Ellos protestaron su inocencia y aceptaron que se los revisara. Cuando se encontró la copa en la bolsa de Biniamin, rasgaron sus vestimentas en señal de pesar y regresaron la ciudad. Iehuda ofreció que él y sus hermanos fueran rehenes, pero Iosef rehusó detener a ninguno, salvo al ladron. Biniamin, djio , sería encarcelado, y el resto de los hermanos quedaba en libertad de regresar junto a su padre.


Parashat Mikétz: Bereshit Cap. XLI - XLVI:17
La revolución que obra en lo material el universo espiritual

En esta parashá nos encontramos frente al hombre de múltiples roles. Ioséf es el soñador y el intérprete de sueños. Es el que gobierna en Egipto, sin olvidar por ello su rol de hijo y de hermano. Es un hombre relacionado a la vez con las cosas materiales y con el universo espiritual. En nuestra parashá, el Rey de Egipto tiene un sueño misterioso: en la primera parte, siete vacas escuálidas devoran a siete vacas robustas y hermosas. En la segunda parte, siete espigas débiles devoran a siete espigas abundantes y hermosas. Lo extraordinario es que, aún después de devorar a los seres plenos y hermosos, los seres desagradables y escuálidos permanecen iguales, sin que se produzca ningún cambio en su aspecto. El Faraón está preocupado: sus consejeros intentan inútilmente explicar el sueño. Al no lograr convencerlo, se hace necesario superar la humillación y recurrir a Ioséf, el consejero judío, para requerir su opinión.
Ý Egipto era un imperio muy desarrollado en esos tiempos, y el progreso de la naturaleza y el país dependía de las fuerzas paganas. Las leyes naturales, de las que dependen la existencia y el bienestar humano y su futuro, son los dioses mismos. El Nilo era uno de los dioses egipcios y su adoración tenía como objeto asegurar que la voluntad divina favoreciera a las necesidades humanas. Pero la historia de Ioséf apunta a la existencia de otra visión de la realidad.
La propuesta que Ioséf le hace al Faraón para salvar a su país de la sequía, es una propuesta racional que no se basa en los esquemas paganos. Esta propuesta rechaza de plano el temor del Faraón con respecto al futuro. La creencia de Ioséf de que es Dios quien constituye la fuente del sueño y no los ídolos paganos, le permite no sólo descifrar el significado del sueño, sino también proponer un camino para aliviar las consecuencias de lo que habría de acaecer. Si bien no es posible evitar la sequía, es posible paliar sus consecuencias negativas. De este modo Ioséf, sobre la base del poder conferido por el Faraón, construye depósitos para almacenar comida para los años malos. Ioséf vende a los necesitados los víveres atesorados. Cuando se acaba el dinero en poder de los habitantes, éstos pagan con sus bienes y luego con sus tierras. Al final del período de sequía, todas las tierras de Egipto, excepto las de los sacerdotes del Faraón, pertenecían a éste, y todos los habitantes de Egipto, excepto los sacerdotes, se habían convertido en sus esclavos.
Estas acciones de Ioséf muestran la contribución de uno de los primeros judíos de la historia al bienestar de un imperio grande e importante como el egipcio. Ioséf enseñó al Faraón y a los sacerdotes egipcios cómo desentrañar el significado de los sueños, evitando de éste modo consecuencias nefastas. La concentración de los alimentos para su posterior distribución y la eliminación de la propiedad privada de dinero, tierra y bienes, constituyen un ejemplo de "comunismo" desprovisto de partidos políticos e ideologías complicadas.
La concepción económica de Ioséf incluía la mayor parte de los elementos de la economía moderna, y postulaba la concentración de los bienes de producción en manos de un poder central, y su distribución justa y equitativa entre los trabajadores. Ioséf poseía un don especial para la planificación y el manejo del sistema económico, y empleó este don en beneficio de Egipto.
Según vimos, las cualidades especiales de Ioséf no se reducían al campo de lo material, sino que se manifestaban también a través de sus cualidades espirituales y humanas. Con base en ellas, fue capaz de penetrar en el pensamiento y los sueños del Rey de Egipto, para desentrañar sus secretos.


Cabalá y Vida Moderna- Viviendo con el TiempoUn Mensaje de Torá para el mes de Kislevdel Rabino Itzjak Ginsburgh

El Milagro de Jánuca
Jánuca era la festividad preferida del Baal Shem Tov, el fundador del jasidismo, por ser la festividad de la luz, una luz que llena el alma y calienta el corazón.
Aunque afuera esté frío y oscuro, el resplandor de las velas de jánuca penetra en la profundidad de la noche de invierno, permeándola de calidez y transformando la oscuridad en una fuerza de luz.
¿De dónde proviene la fuerza de las velas de jánuca para no sólo disipar la oscuridad sino transformarla en luz?
Las dos primeras letras de la palabra jánuca, jet nun, significan jen, uno de los ocho sinónimos de "belleza" en hebreo. Jen significa literalmente "gracia" o "favor", y representa el aspecto de la belleza que se expresa a través de la estética de graciosa simetria.
La palabra jen aparece por primera vez en la Torá en el versículo final de la parasha Bereshit, la primera porción del libro Génesis. Dice allí "Y Noé encontró (jen) gracia a los ojos de Di-s". El nombre Noé, en hebreo Noaj (jet nun), es gracia (jen) escrito a la inversa. Como su primera aparición en la Torá está en yuxtaposición a su "opuesto", se nos enseña en cabalá que "jen" representa balance y simetría, especialmente aquella que está compuesta por dos elementos que se reflejan uno en el otro.
Los opuestos que forman la graciosa simetría de jánuca son "oscuridad" y "luz", o como se alude en idioma arameo en el Zohar: "transformar jashoja (oscuridad) en nahora (luz)", cuyas iniciales forman jen.
Ahora podemos empezar a comprender cómo las luces de jánuca consiguen transformar la oscuridad en luz:
La simetría reflectiva es el resultado de dos elementos inversos que poseen una referencia oculta uno hacia el otro. Al definirse en perfecta contraposición uno hacia el otro, tales elementos se unen en un lazo simétrico que confirma la unidad subyacente de su origen común, como por ejemplo entre la luz y la oscuridad. Tal como la luz tiene el potencial de cegarnos con su resplandor (atestiguando que la fuente de la "oscuridad" está incluida dentro de la luz), así también la oscuridad contiene dentro de si el potencial de alumbrar (el poder que tiene el color negro para "brillar").
En verdad, la luz oculta inherente dentro de la oscuridad es infinitamente más bella que la luz revelada que experimentamos naturalmente. Esto también surge del versículo de Eclesiastes (2:13) donde dice: "Como la ventaja de la luz sobre la oscuridad, así es la ventaja de la sabiduría sobre la necedad". Aunque esta es la interpretación aceptada del versículo, una lectura puramente literal de las palabras sugieren una interpretación alternativa: "Como la ventaja de la luz que viene de la oscuridad es la ventaja de la sabiduría sobre la necedad", implicando entre otras cosas que la luz que emerge de la oscuridad misma es la verdadera fuente de la superioridad de la sabiduría.
La luz escondida inherente dentro de la oscuridad debe ser "encendida" dentro de la conciencia a fin de transformar el opaco reino de la Creación en una expansión translúcida de luz Divina. Aquí yace el secreto de la redención, expresado en la cabalá como el proceso de redimir esos fragmentos o "chispas" de luz Divina que fueron dispersados a través del universo cuando se rompieron los recipientes primordiales de luz, moldeados en los albores de la Creación, y que descendieron a los mundos inferiores.
Paralelamente a la restauración cósmica de esas chispas Divinas, se produce un proceso aquí abajo por medio del cual las almas perdidas de Israel son incitadas a reencontrarse con su pueblo, su tierra y su Di-s.
El milagro de jánuca representa la habilidad de revivir la chispa Divina de Luz que habita escondida en el alma de cada judío, independientemente de cuán concientes estén él o los demás de su existencia. Se cuenta que en sus años de juventud, el Baal Shem Tov llevaba y traía a los pequeños niños judíos al jeider (escuela) local. Acostumbraba poner su santa mano en el corazón de cada uno y lo bendecía que cuando crezca sea un "judío cálido" (en idish "a varemer id"). Ni siquiera un corazón frío como una piedra podía resistirse a absorber el ardiente amor de Di-s y el hombre, y el deseo fogoso de redención que radiaba de su contacto.
El secreto de jen en relación a jánuca implica que, aunque los judíos puedan parecer estar en total conflicto uno con el otro, en verdad - en el más íntimo punto de fe arraigado dentro de su ser - son uno, y en su aparente oposición se están reflejando realmente uno en el otro. La naturaleza y posturas opuestas que emergen del infinito diálogo interno que abarca la historia del pueblo Judio, proveen los elementos de la trama del bellísimo tapiz de la existencia judía que se mostrará al final de los días.
El clásico ejemplo de antagonismo difundido con jen es el de la continua oposición entre las escuelas talmúdicas de Hillel y Shamai; una de sus más famosas disputas se refiere al orden del encendido de las velas de jánuca.
De acuerdo con la escuela de Hillel, comenzamos encendiendo una vela en la primera noche de jánuca y luego aumentamos sucesivamente una vela adicional cada noche.
La escuela de Shammai toma la posición opuesta, estableciendo que deberíamos encender las ocho velas en la primera noche y luego ir eliminando progresivamente una vela cada noche, hasta quedar con una sola en la octava y ultima noche.
En esta discusión encontramos la máxima expresión de la simetría de jen. Aunque diametralmente opuestas ente si, las dos posiciones tienen validez. La práctica común en nuestros dias dictamina que debemos conducirnos de acuerdo a la opinión de la escuela de Hillel, no obstante, está dicho que en el mundo venidero la ley será de acuerdo con la de Shammai. En verdad las dos opiniones se sostienen simultáneamente, tal como la realidad de este mundo y la del venidero no están separadas en el tiempo sino que van paralelas. La diferencia está en el énfasis de la conciencia.
El poder de jen inherente en jánuca nos permite armonizar las radicales contraadicciones que nos acompañan a través del tiempo hacia el umbral de la era Mesiánica.

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